jueves, 19 de julio de 2012

1/2/2012 Cambiando de hostal, Santiago



No he podido dormirme hasta las cinco de la mañana. En el jardín del hostal han hecho una fiesta multitudinaria con gran chivarro llegando el ruido hasta los dormitorios. De nada han servido los tapones para los oídos.

Este hostal es muy bonito pero alberga a tanta gente que no es posible la tranquilidad. Me desperté muy tarde para ir a Valparaíso como tenía previsto, además tenía claro que no me iba a quedar ni una noche más en ese hostal.

El nuevo se llama “La Casita” y es todo lo contrario al anterior, solo hay, hoy por hoy, una huésped, se llama Sandrine, es francesa tiene 31 años y es encantadora.
En cambio el lugar es pequeño, no muy bonito pero muy tranquilo, creo que he ganado en el cambio.
Por la mañana he estado pateándome las calles del centro, buscaba un cartucho de cartón para poder enviar a casa el poster que me regalaron en Rapa Nui de las fiestas, no he tenido suerte, no he encontrado por lo que de momento seguirá viajando conmigo metido en la maleta.


Me he quedado muy sorprendida de ver tantísima gente en la calle, tanta que era difícil incluso caminar.
Me preguntaba si es que en Santiago no trabaja nadie puesto que la gente era autóctona en su mayoría. La respuesta creo que es por la hora, deben salir a comer y aprovechan para hacer sus compras, creo.

El sol apretaba de valiente, me he ido a comer a un restaurante en el Mercado Central, allí hay muchos, la comida muy bien de precio y buena calidad. Me he comido una pescadilla que aquí llama merluza muy fresca y tierna. Primero había pedido un plato llamado mariscal que me explicó el camarero que llevaba marisco pero lo que no me dijo es que lo condimentaban con cilantro, esa hierva que le ponen al ceviche que a mí no me gusta parecida al perejil en el aspecto, no en el sabor. Lo cambié por el pescado.

Por la tarde, ya en el hostal, estuve hablando con Carolina por skype, la conocí en Daarjeling (India) Ya me dijo entonces que iría a Sudamérica y eso va a hacer, nos veremos seguramente por Brasil, será muy agradable volverla a ver.


Cené con Sandrine, estamos solo ella y yo en este hostal por lo que compartimos nuestras reservas de viandas haciendo una agradable cena de espaguetis integrales y ensalada de tomate atún y huevo duro.
Ha sido divertido cocinar juntas mientras charlábamos. La tertulia en la cena deliciosa, es muy simpática. Me ha gustado mucho oír su historia y las motivaciones que la han llevado a viajar por el mundo sola.
Siempre que escucho las historias de las personas que encuentro en el camino me admiro de constatar lo muy iguales que somos pese a haber nacido en países muy distantes.


Sandrine es radióloga y de momento ha trabajado temporalmente pero se plantea que quizá debería tomar un trabajo fijo, montar un hogar, un sitio para ella pero aún no lo tiene claro, no quiere renunciar a las experiencias que vive en este deambular por el mundo……..Tiempo al tiempo.
Mañana espero que llegue mi amigo Duarte, se instalará en este hostal pero Sandrine se va por lo que seguiremos siendo dos los hospedados.

No hay comentarios:

Publicar un comentario