jueves, 19 de julio de 2012

16/1/2012 Trekking lagos Parque Nacional Huerquehue.



Esta mañana tempranito estaba en la agencia de viajes para iniciar el deseado ascenso al volcán Villarrica.
Mi mochila con dos bocadillos, dos piezas de fruta, dos litros de agua una bebida energizante de esas asquerosas que me indicaron que comprara, los pantalones y chaqueta cortavientos que me dieron ayer, pesaba un montón. Estaba preocupada por mi espalda pero la ilusión me hizo pensar que no habría problema.
La sorpresa fue que al llegar me hicieron entrega de otra mochila con los carpines, polainas, casco, plástico protector para el “culo patín” – eso era lo más divertido, la bajada desde arriba hasta abajo deslizándonos sobre la nieve con el plástico- guantes y alguna otra cosa que es obligación llevar.

Ese sobrepeso con un peso inicial bastante importante me decidió que no iba a ir. Lo sentí mucho pero la espondilolistesis de una vértebra lumbar me desaconsejaba llevar todo ese peso durante cinco horas de ascensión.


Frustrada pero sabiendo que hacía lo correcto, me llegue al hostal. Como eran las seis y media de la mañana y tenía todo preparado para el trekking decidí un plan B. Esperé a las ocho que salía un bus al parque Nacional de Huerquehue y no me he arrepentido.

El sendero de ascenso importante hasta llegar a las lagunas, lago Chico, laguna Verde y lago El Toro no me decepcionaron en absoluto. El recorrido total de 7h.

El paisaje montaña arbolada espesa tipo bosque con senderos bien delimitados, olor a “caca de vaca” que me evoca en mi memoria olfativa las excursiones (antes se llamaban así, ahora son trekking) al Pirineo.

Lo primero que me extrañó es no encontrar a nadie en el camino, tanto bosque tanta vegetación pero ni un alma. Lo raro es que hasta la entrada del Parque llegamos dos autobuses repletitos al mismo tiempo, me preguntaba si me había perdido yo o los habían abducido a ellos.


Al llegar a la laguna verde, paré para tomar algo de comer, llegó una alemana preguntándome que donde estaba el resto de la gente, me hizo gracia que le llamara la atención lo mismo que a mí.
Tiene setenta años que cumplirá dentro de un mes y sube montañas como una cabra, es delgada y fibrosa, tiene una energía que me anima a pensar que la edad no es un factor disminuidor.

Por el camino dos pájaros carpinteros enfaenados en dejar el árbol como un queso de gruyer. Pese a tenerlos a mano no se asustaron continuando su labor mientras con mi cámara intentaba fotografiarlos sin que salgan borrosas (cogí la cámara pequeña).


En la laguna El Toro que es más bonita si cabe que la verde (ambas paradisiacas) con ese entorno boscoso llegando hasta el agua, esas aguas cristalinas con algún que otro pez saltando y haciendo piruetas para comerse algún volador.
Eso me dio que pensar sobre la especialización de los animales, los pájaros se sumergen en picado en el agua para pescar y los peces hacen saltos malabares saliendo más de un palmo del agua para comerse algún mosquito, es maravillosa la naturaleza pero…………………….No sería mejor hacernos todos vegetarianos.
Bueno, los peces que sigan comiendo mosquitos que los odio. Parece que es mutuo porque en ese maravilloso entorno los tábanos no pararon de intentar picarme incluso a través de la ropa de forma que han conseguido que no pudiera disfrutar todo lo que habría podido de no existir estos.


Bueno, como decía, al llegar a la laguna El Toro había una explanada genial para reposar por un rato Otros habían pensado lo mismo ya que tres ingleses, dos chicas y un chico estaban preparándose la comida.
Se bañaron y me preguntaron si me bañaba. Como no había previsto esta excursión no llevaba bañador.

Mirándoles nadar en las frías aguas del lago me daban envidia por lo que sin querer quedarme sin mi baño les pregunté si les molestaba que me bañara desnuda, me dijeron que no y eso hice.

La sensación de mi cuerpo sin ropa en el agua transparente y fría del lago viendo los árboles alrededor del gran lago me hizo sentirme muy unida a la Pachamama, a la Natura, a los orígenes de la evolución cuando éramos anfibios.


En el camino de bajada me entretuve viendo las cascadas que no visité en la subida dejándolo para luego. Bonitas.
Fue allí donde entendí que había pasado con la gente. Como las cascadas están más abajo que los lagos, la gente se ha ido a bañar en ellas y solo unos pocos hemos subido.

Ya en el hostel, feliz del día de hoy que empezó con una desilusión acabando llena de energía positiva.

No hay comentarios:

Publicar un comentario