jueves, 19 de julio de 2012

27/1/2012 El diluvio en Rapa Nui.



En alguna parte del mundo una mariposa batió sus alas anoche y en el ombligo del mundo se desató un vendaval.
Ha sido el diluvio universal concentrado en una sola noche.
Eolo soplaba con ira sobre la isla de tal forma que por momentos temí que iba a salir volando, carpa incluida, entregada al reconocimiento de su fuerza y poder.

La verdad es que estos días que llevo durmiendo en campamento, en esta encantadora isla donde me siento tan bien, han sido de maravilla.
Duermo diez horas seguidas con gran descanso arrullada por el sonido tenue de las olas del mar.

Anoche, debido a la tempestad, entró agua en mi carpa (por la mañana me enteré que en las demás también) pero mi cuerpo se negaba a levantarse para ir a dormir al salón o a la enorme cocina donde se habían refugiado los demás campistas.

Cubriéndome con el poncho de plástico que compré en Tailandia por las constantes lluvias y recogiendo los enseres ya mojaditos, metidos todos en la maleta y cerrada esta, continué durmiendo despertándome solo cuando los rugidos del viento truncaban mi sueño obligándome a escucharlos.


Esta mañana parecía zafarrancho de combate.
Todo el mundo estaba con las colchonetas en el suelo del salón intentando dormir en seco, los que estábamos ya despiertos extendiendo las ropas mojadas en las vigas de la cocina y sacando libros y libretas a secano en un intento de recuperarlas algo servibles.

Parecía un tenderete con todo colgado. Los dueños del camping se han esmerado en darnos disculpas por el estado de las carpas que no han resistido por llevar muchas guerras encima y nos las han cambiado por unas nuevas que han hecho traer de no sé donde pero bien venidas sean.

Toda la mañana ha seguido lloviendo con furia, al medio día nos ha dado una tregua para ir a pasear y poder comprar víveres para hacer la comida.
Por cierto todo es caro aquí, por lo menos tres veces más que en el continente y como se ponen de acuerdo no hay competencia, saben que como, hay lo que hay, si lo quieres o necesitas no tienes más remedio que pagarlo.
También el traerlo hasta aquí les debe incrementar mucho los gastos.


Con Marta, me he llegado hasta la biblioteca ya que ayer quedamos con la bibliotecaria que pasaríamos a recoger un regalo. Es un poster muy bonito de las fiestas de Rapa Nui, me gusta mucho, lo mandaré a España.
Luego en correos nos hemos hecho poner el sello de la isla.
Compraré una bandera para mi mochila ya que los rapanuis nunca han cedido el dominio de la isla a Chile y dicen no ser chilenos pero como son pocos no cuenta.


Hoy se ha marchado bastante enfadado y nada a gusto con esta isla Anthony. Es Irlandés residente en Holanda pero que despotrica de esta.
Lo conocí ayer y en cinco minutos me hizo un “tercer grado” sonsacándome toda la información que normalmente se llega a tener tras largas horas de conversación.
En escasos cinco minutos de hablar me dice que quiere estar conmigo en Santiago, le digo que es posible que no me quede allí y me dice que quiere seguir viaje conmigo allá donde vaya.

Es un personaje que da miedo por lo directo que es, la falta de delicadeza y lo que protesta por todo. No creo que sea buena compañía.
Me ha dejado su mail para que me ponga en contacto con él cuando quiera.
No creo que quiera.


Los hados han querido congraciarse con nosotros regalándonos una hermosísima puesta de sol de las que dejan boquiabierto para compensarnos de la tormenta de ayer.
El cielo de un rojo encendido escapándose los últimos rayos de sol de entre las nubes.
¡Que maravilla¡

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