viernes, 20 de julio de 2012

15/3/2012 Nadando en la playa de Porto Seguro, Bahia



Ha sido muy reconfortante el nadar en el mar.

Como me esperaban 8h de autobús al medio día para ir a Itacaré -me gusta ese nombre, me recuerda a Itaka la utopía que ando buscando en mi viaje por el mundo- he aprovechado de buena mañana para caminar tres horas por la playa y bañarme.

El agua no es turquesa, definitivamente el color es oscuro, azul verdoso y no muy trnasparente pero estaba limpia con discretas e indecisas olas que al romper solo llegar ya se estan marchando.


Ya no puedo decir que me haya sorprendido encontrarme a mi mulatito vendedor de helados, hoy en bicicleta.
Me ha parado para decirme que ayer cuando le dejé en la playa se fue a dejar el carrito de helados y volvió con la bicicleta encontrándome ya llegando al pueblo, que me habló y no le hice caso.

La verdad es que si que me acuerdo de alguien en bici siguiendo mi paso y diciendo algo pero he de reconocer que ayer no estaba muy sociable, estaba como decía una amiga inglesa que conocí volviendo del Bromo en Java “I am closed”

Me ha pedido ir con él, me ha dicho que si se lo permitía me iba a amar con pasión eufemismo encantador que sustituye a echar un polvete.
Le he dicho que estaba convencida que podría ser así pero que iba a ser que no. He seguido mi paseo sola, sigo bastante “closed” aún.

El trayecto de bus se me ha hecho largo, es curioso como la percepción del tiempo es tan variable.

Este bus era confortable y el trayecto la mitad que el de Belo Horizonte a Porto Seguro que hice hace dos días pero el de hoy se me ha hecho más largo y pesado.


Estoy convencida que depende de la predisposición mental con el que se afronta el viaje.
El primero era tan largo que ya iba mentalizada por lo que se me hizo corto y este lo esperaba más liviano por lo que mentalmente esperaba menos de lo que ha sido…………………..Me estoy enrollando, ¡vaya lio¡

He pasado la mayor parte del tiempo leyendo en mi libro electrónico.
 Un párrafo de “El hombre de mi vida” de Vázquez Montalbán donde su famoso detective protagonista se enfrenta a los recuerdos de la infancia con estas palabras “La infancia de Carvalho, cuya memoria últimamente con tanta fuerza reclamaba coexistir con la premonición de vejez”


He parado la lectura pensando que debe ser so lo que me pasa a mí ya que yo normalmente no evoco ni refiero nada del pasado, soy de las que pensaban que el pasado, pasado está y que hay que vivir el presente pero noto en este viaje que como a Carvalho, los recuerdos de la infancia me reclaman coexistir con el presente muy a menudo ¿premonición de vejez?..................Supongo que sí.

Llegando a mi destino bastante, mejor dicho, totalmente oscuro he ido en busca de una pousada a ciegas ya que no había mirado nada antes pero sabía por mi guía que en la calle principal estaban ubicadas la mayoría.


He encontrado una que es barata y no está mal, frente a la playa, con wifi y café do manha que así llaman al desayuno, incluido, de momento me quedo esta noche y mañana con la claridad del día veo si me quedo en este hostal y cuantos días dedico a este destino que lo califican como de playas espectaculares.

En Porto Seguro destacaban en la guia la marcha nocturna y por ser el sitio donde nació el baile de la lambada que llegó incluso a prohibirse por excesivamente erótico de forma muy explícita.

No he podido comprobarlo ya que llegué en lunes, la marcha estaba programada los fines de semana, otra vez será.

No hay comentarios:

Publicar un comentario