jueves, 19 de julio de 2012

20/2/2012 ………………..Y empezó el carnaval, Rio de Janeiro



Fueron diez horas de espectáculo ininterrumpido de luz, color, alegría, baile y música en directo con las que nos debilitaron siete escuelas de sambas famosas.
Es imposible narrar lo grandioso de la exhibición. La había visto un montón de veces por televisión o cine pero no es lo mismo vivirlo en directo bailando con ellos al son de esa música que tiene el poder maléfico de hacer que el cuerpo se mueva solo a pesar del cansancio tras tantas horas de mover el esqueleto.


Desde las nueve de la noche, que aún relucía caliente el sol hasta las siete de la mañana que lo vimos salir de nuevo en el horizonte fue un constante recreo para los sentidos.
Esto es único, lo había oído muchas veces pero es verdad.
Llegue aconsejada por los dueños de hostal con tiempo (3h) antes para tomar un buen sitio de observación. Esto hizo que se establecieran relaciones con la gente de alrededor.


Les dije a una familia detrás de mí que estaba sola que si podía charlar con ellos, desde entonces se deshicieron en amabilidades conmigo. Una señora que iba sola sin saber donde sentarse la llamé a mi lado y estuve bailando junto y con ella toda la noche.


Más tarde se unió al grupo unas inglesas jovencitas encantadoras con las que también pasé un buen rato hablando y competiendo en bailar samba.
La grandiosidad en la exhibición que competía por el primer premio era patente y asombrosa, no sabría decir cual de las siete me gustó más.


Cada una presentaba una temática. Una en honor al centenario del nacimiento de Jorge Amado, un enorme quijote con su rocinante saliendo de un libro, todo en plateado, me pareció bonita y cercana. Otra era en alegoría a la alimentación en general y a las propiedades del yogur, esta es la que quizá menos me gustó.……….. En fin, como dije indescriptibles. Gaste toda mi memoria grafica y mi batería de la cámara de tantas fotos y grabaciones que tomé. Seguro que no hacen honor a la magnificencia del espectáculo vivido en directo.


Tocaban un tema musical que se iba repitiendo durante la hora y veinte minutos que tardaban en terminar el recorrido.
Casi exhausta fui a tomar un taxi. La cola de hora y media pero ya en el hostal me prometia un sueño reparador de toda la mañana.
Craso error.


Los carocas están chalados, a las diez de la mañana una gran rua, descomunal, con una orquesta ensordecedora me trae al mundo de los conscientes. Abro la ventana y me encuentro la calle a rebosar de gente disfrazada bailando siguiendo una orquesta en una enorme lata de bebida.

Unos pitufos todos azules (los mozozs de mi hostal) trepaban a la valla de la entrada contorneándose como La Fura Dels Baus, (compañía teatral que hacen espectáculos muy atléticos e interactivos con el publico) con la aprobación y el aplauso de los que marchaban por la calle que los vitoreaban.


Que iba a hacer, me puse lo primero que encontré y baje a bailar samba con mis compañeros de hostal y la gente de la calle.

Lo dicho, esto es la locura.

Ya no podía con mi cuerpo y me fui nuevamente a dormir a pesar del ruido, lo conseguí fácilmente despertando a las 14h que me avisaron que la comida estaba servida.

El hostal nos ha invitado a una comida de carnaval muy rica.

No hay comentarios:

Publicar un comentario