viernes, 20 de julio de 2012

7/4/2012 La isla de la música. Mindelo, Sao Vicente



Mindelo, la isla de la música.
Eso reza la guía que he leído sobre esta isla y es real como la vida misma.
He llegado al hotel Gaudi (que honor el nombre) y mientras escribo este día de hoy estoy escuchando en el salón restaurante un par de jóvenes, uno con guitarra eléctrica y el otro con acústica, suena de maravilla.
Uno canta a la vez que toca y modula la voz con una belleza acústica envidiable, ¡ojala yo fuera capaz de cantar así y tener ese ritmo musical¡ ¡un nivelazo la música de estos chicos¡
Me dan ganas de quedarme aquí lo que me queda de estancia en Cabo Verde y tomar clases de canto, claro que en 20 días poco podría progresar.


Esta mañana aun estaba en Praia, paseándome por sus calles endomingadas por ser Semana Santa.
Pese a eso el mercado de la fruta estaba abarrotado de mujeres comprando entre las amontonadas paradas que dejaban un escaso pasillo entre ellas donde solo cabía el paso de una persona.


El conjunto era muy colorido y variopinto, las frutas y verduras lucían apetitosas. No compré pues debía tomar el avión para cambiar de isla.
El vuelo de media hora hasta la isla de Sal y media hora hasta la de Sao Vicente con un par de horas en el aeropuerto. Hay vuelos directos pero ya estaban completos, me tuve que conformar con este.
La ventaja de viajar sin fechas acotadas es que permite perder tiempo entre desplazamientos sin que duela.


Esta isla promete, nada más llegar una hermosa puesta de sol en las aguas del puerto, casas coloridas y bajas, poca circulación como corresponde a una isla pequeña y al fondo la imagen de Santo Antao, la mas bornita de todas ellas. Se ve desde aquí muy cerca, casi más cerca de lo que se veía la isla Brava desde Fogo.


Arlindo me ha dado dos grandes sobres de pasaportes para entregar aquí a su sucursal de agencia de viajes teniendo que recoger unas fotos en el aeropuerto de Sal donde hice escala, así que en ambos aeropuerto era esperada por gente que no conocía, me sentía una espía pasando información secreta.
Me he pasado el día de vuelos pensando en la posibilidad de comprar un apartamento en Brasil y pedir la residencia. La idea se ve favorecida no solo porque me encanta el paisaje y la fruta de allí, es también porque creo que puede ser interesante en ese país emergente invertir aunque sea en algo tan simple como comprar una propiedad.
Pasar los duros inviernos europeos en Brasil y la suave primavera verano en Catalunya parece atractivo. Establecer un ritmo tranquilo de integración en un lugar junto al mar también parece atractivo.
Por otro lado pienso que eso puede condicionarme mucho respecto ir a otros lugares.
No sé, no lo tengo claro pero me temo a mi misma, cuando una idea me ronda la cabeza acaba siendo una realidad.

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