viernes, 20 de julio de 2012

2/4/2012 Ferry a Fogo



Esta mañana decidí mandar un mensaje de despedida a mi amigo Arlindo. Él esperaba mi llamada desde el viernes pasado, no le llamé porque hice caso a mi instinto que me lo desaconsejaba.
Es curioso como una decisión de una simple llamada de teléfono hubiera cambiado radicalmente el programa del fin de semana. Me devolvió el mensaje diciendo que venía a recogerme en diez minutos.

Ha sido de mucha ayuda ya que como tiene una agencia de viajes me ha conseguido los pasajes del ferry. Como no tenía reservado hotel, ha llamado a uno que trabaja con ellos consiguiendo que me rebajen un 50% del importe de la habitación. Por cierto que es una habitación king size como dicen los norteamericanos, en esta cama caben tres……………. ¡uhm¡


Ha estado muy cariñoso y amable reprochándome el no haberle llamado antes, me excusé, no me guarda rencor. Me ha hecho gracia que me preguntara si me había enamorado de otro caboverdiano en estos días ¡vaya fama¡

Acompañamos a Agnes a la parada de autobuses, me despedí de ella, le he cogido cariño, hemos quedado vernos en Barcelona cuando vuelva yo, ella regresa a Catalunya en una semana.

En las cuatro horas de ferry he estado pensando en la suerte que he tenido con mi anfitrión de coach surfing en Praia. La casa preciosa y grande, el trato exquisito y un montón de actividades integradoras en la vida de los residentes de aquí.


Guilles tiene a la familia viviendo en Portugal por motivos de escolaridad de sus hijos, el nivel de la enseñanza es muy bajo, han sacrificado la vida familiar en aras de beneficiar a sus hijos.

Supongo que acepta a los coachsurfistas por tener a alguien en casa y no encontrarse tan solo, al parecer nunca dice que no y esta vez nos ha alojado a Agnes y a mí.

Amigos tiene muchos pero todos tienen sus familias y como los hombres en general suelen necesitar vivir con alguien me he supuesto que eso podría ser una causa de su gran hospitalidad.
Tiene que ser duro estar separado de la familia por causas de trabajo.

Me ha contado que es freeland trabajando para la embajada, que el contrato tiene una duración de un máximo de cuatro años, ya lleva tres aquí, cuando acabe irá a reunirse con los suyos, de momento se encuentra con ellos durante las vacaciones y conecta por skype a diario.
La tecnología tiene aspectos muy buenos como el fenómeno Internet y lo que todo eso comporta.


El trayecto de ferry ha sido distraído y agradable menos cuando ha empezado a moverse como un molinillo debido a las olas, no previne, no tomé biodramina, notaba el estómago revuelto y malestar, menos mal que no fue más que una parte del trayecto.
Para cuando vuelva a Praia el viernes he de acordarme de medicarme media hora antes de subir al catamarán.

Ya en el hotel, recién duchada, instalada en mi enorme cama (sola, faltarían dos más para hacer el completo) me dispongo a pasar una placida noche de hotel de lujo con piscina ¡of course¡

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