viernes, 20 de julio de 2012

9/4/2012 Rafael, el marinero pescador. Mindelo, Sao Vicente



Ha sido muy agradable hablar con este marinero (en realidad es capitan de barco freeland) y pescador gallego en lo que fue el único hangar del puerto hace 30 años y que es un bar muy pintoresco en estos días.
Rafael tiene 62 años, ha trabajado en el mar desde los 23, ha recorrido todo el mundo, pesca en aguas internacionales y tiene mil historias que contar, hoy me ha hecho participe de varias de ellas.


Suele atracar en este puerto cada dos meses y está muy orgulloso de las ayudas que presta a las mujeres necesitadas, las lleva al mercado y les compra un saco de 25k de arroz a cada una.
Al parecer, según cuenta, hay mucho machismo y los hombres no atienden bien las necesidades de la familia.
Los marineros que lleva consigo en el barco les paga 900€ al mes y estos le dan a sus mujeres solo 300€ para pasar los dos meses ellas y los hijos. Él les recrimina este comportamiento.


Me cuenta que hay quien tiene varias mujeres, la oficial y otras, más mujeres más machos.
Zuzu es la camarera del bar a la que le tiene mucho cariño, se ha apresurado a decirme que jamás ha tenido nada con ella, la aprecia como a una hija y la ayuda dándole algún dinero cuando llega a este puerto que suele ser cada dos meses.
Ella tuvo un niño con un holandés, también marinero, que no se hizo cargo del regalo. De él nunca más se supo.


Zuzu me insiste que antes estaba más guapa y fuerte, desde que tuvo el niño al que adora se adelgazó mucho pero está corriendo cada día al salir de trabajar para muscularse. Es muy cariñosa y trabajadora.
Al parecer los sueldos que tienen los camareros es irrisorio, no llega para mantenerse y menos teniendo prole (el eterno problema).
He pasado un rato muy agradable con ellos y sus historias a pesar de la contractura del esternocleidomastoideo (más conocido por tortícolis) con la que me he levantado esta mañana que no me deja mover el cuello.


Me he tomado lo que recetaría a mis pacientes en la misma situación y veo que tienen razón cuando me dicen que con el miorrelajante están atontados, eso sí, funciona disminuyendo el dolor muscular junto con el antiinflamatorio.
Con un bus colectivo local me he recorrido toda la ciudad.
Mindelo es una ciudad portuaria sobre todo de yates y veleros, con una hermosa playa, calles bien asfaltadas, algunas empedradas que hacen difícil el caminar con chancletas. Hay edificios coloniales, mucha limpieza y orden.


He visitado la biblioteca, estaba bastante bien surtida para una isla tan pequeña, hay inquietud intelectual pero también es donde hay más personas pidiendo por la calle en comparación con Santiago o Fogo.
Para mañana tengo billete para el ferry hacia Santo Antao, dicen que es la más bonita de todas las islas de Cabo Verde.

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