jueves, 19 de julio de 2012

20/1/2012 trekking al Volcán Villarrica.



Ya estoy feliz, lo he conseguido.

Esta mañana he subido al volcán con un tiempo fantástico, soleado pero no caluroso, sin viento que dificulte la marcha y un estado del hielo perfecto pues no hemos tenido que usar crampones por lo que el ascenso ha sido muy cómodo.

Francisco, que así se llama mi guía me ha llevado el equipo obligatorio para subir menos el casco que sí que he tenido que llevarlo puesto todo el tiempo. Había un control de guardias del Parque Nacional ,en lo que sería la entrada del ascenso donde revisaban que llevaras todo en orden sino no pasabas.


Han salido dos grupos a las cinco de la mañana, yo como quería coger el telesilla de inicio que acorta el trayecto más o menos una hora, he salido a las siete.


Entre unas cosas y otras hemos llegado a las nueve menos cuarto al inicio de la escalada, muchos grupos estaban empezando la marcha y otros ya ascendían hacía rato.

Se me dijo que el trayecto hasta la cima sería de cinco horas a cinco y media de ascenso desde dejar el telesilla.
Hemos llevado una marcha constante y cómoda, sobrepasando a todos los grupos que había por allí.

La sorpresa ha sido que he culminado, coronando el volcán, en exactamente tres horas y no me sentía nada cansada.
Francisco me ha felicitado, me ha dicho que estoy muy en forma y creo que tiene razón.


Las vistas por el camino, maravillosas.
Pude observar los lagos que vi ayer pero a vista de pájaro además de los otros volcanes que se divisaban en la lejanía, es una zona preciosa, solo por esta panorámica valía la pena el esfuerzo.

Atrapamos al segundo grupo de Bacpackers, mi agencia, que salieron a las cinco (2h antes que yo) en la cima, ellos empezaban a bajar al llegar nosotros.
De los otros grupos de nuestra hora los adelantamos a todos. Mi guía iba diciéndoselo a los otros guías, estaba orgulloso.


La llegada a la cima fue sorpresiva para mí ya que me agüerearon un final durísimo y yo no lo viví como tal por lo que al llegar, ver el maravilloso y humeante además de enorme cráter me quede en principio algo desconcertada, esperaba más dificultad en el ascenso.

Estuve recorriendo la chimenea alrededor del cráter sufriendo con los cambios de viento picor de garganta y de ojos por los gases sulfurosos.


Contenta de estar allí, del paisaje a mis pies, de la vista imponente del interior del cráter agradecida a mi buena suerte de haber tenido la climatología favorable y el haber encontrado gente tan maravillosa en esa agencia que se han desvivido por hacer realidad mis deseos.

Claudio, el dueño de la agencia es muy asequible, simpático y propenso a ayudar en lo posible.

Francisco, mi guía que se ofreció generosamente a llevar en su mochila el equipo por lo que yo solo tuve que llevar lo habitual de mis caminatas, sabe cómo hacer su trabajo, facilita y favorece el mantener el ánimo positivo, es un sol.


Los sentidos agudizados con el espectáculo mientras iba ascendiendo, el panorama cada vez me parecía diferente siendo el mismo pero era tan inmenso que cada vez que miraba parecía ver algo nuevo.

La bajada tal y como me esperaba fue genial. Embutida en el traje cortavientos, guantes pantalón protector culo y plástico deslizante, la hice en muy poco tiempo dejándome deslizar en el hielo sobre mi bien protegido culo.


Con un piolet cogido estratégicamente me iba frenando cuando me parecía que me embalaba demasiado, otras veces me tenía que acelerar echando el cuerpo hacia atrás, en esencia muy divertido, retrotrayéndome a la infancia donde esa era la diversión favorita cuando podíamos disfrutar de la nieve.

De vuelta al hostel, un duchazo y a esperar la salida del bus hacia Santiago de Chile.
Haré noche en el autobús por lo que he tomado un sillón cama con reclinación total.
Más caro pero si resto la noche de hostal que me ahorro al precio ya no es tan caro.

Despedida emotiva de los amigos de la agencia Backpacker de los que guardaré un buen recuerdo.

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