viernes, 20 de julio de 2012

26/3/2012 Y continua el espectáculo, Praia Pipa, Rio Grande do Norte



Me sabe mal no haber aceptado la invitación del joven y guapísimo brasileño Umberto a cenar en un precioso lugar que no me enteré bien donde era.
Le conocí en mi habitación que compartimos, hicimos recordatorio de su tocayo Umberto Eco del que soy gran admiradora. Por la noche me sentía cansada cuando me propuso salir.

Hoy ya no está, se he debido marchar mientras estaba en la playa, me ha dejado debajo de mi almohada la crema protectora de bronceado. Uno de los regalos más raros que he recibido en mi vida pero que me ha conmovido el detalle……………………¡Buen viaje Umberto¡


Esta mañana temprano ya estaba nadando con los delfines, es un gran atractivo y motivación para nadar pues lo que es el agua no está transparente
Quiero suponer que el motivo puede ser que hay mucho bosque en la zona y los ríos y riachuelos que desembocan en el mar llevan lodo disuelto (¿)

Aunque el espectáculo no ha sido muy diferente al de ayer, me ha gustado. Los delfines siguen con sus piruetas encandilando al público.


He vuelto a tomar una tumbona, así me guardan las cosas cuando quiero nadar a la vez que converso con el que las alquila sobre cómo viven por estos lares su gente.

Me ha gustado saber que a los delfines no se les alimenta artificialmente para que no pierdan sus instintos de supervivencia, esta zona es un área protegida, un santuario ecológico.

Hoy me he sentido muy integrada con el entorno, en paz conmigo misma y con el mundo exterior, un sentimiento sosegado de pertenencia a la naturaleza ayudado por la lectura de Carl Sagan que me hace sentir parte del cosmos.


He comido en el precioso restaurante de la familia de Ly, las vistas desde allí son bellísimas y corre una brisa en la terraza sobre el mar que hace aún más deliciosa la comida.

He estado hablando con un español Fernando, que está afincado aquí, tiene un bar de tapas. Me ha contado que hay muchos catalanes en Pipa y españoles de otras regiones, se ve que es un destino atractivo.


Hemos estado recordándola España de Franco y de las corridas delante de los grises a la salida de las clases en la universidad, en fin, nuestras batallitas de aquello que “Contra Franco se vivía mejor” que acaba resumiéndose en un simple “éramos jóvenes”.

Ya en el hostal al oscurecer disfrutando de este jardín, de la piscina y de la compañía de los otros huéspedes que cada cual tiene su historia dejo pasar las últimas horas del día viendo en Internet que me ha contestado un Coach surfista de Cabo Verde diciendo que me alojará en su casa.


Lo que me sabe mal es que llegare pasadas las doce de la noche pero dice que dejará aviso al conserje para que me abra, es muy amable, será la primera vez que usaré este recurso tan conocido por los jóvenes viajeros que me aleccionaron para entrar en esa sociedad.


Mañana repetiré delfines, ¡me gusta¡

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