jueves, 19 de julio de 2012

11/6/2011 Kuta de nuevo



He dormido en Kuta. Paseando por sus calles ya no me parecen tan caóticas como el primer día que llegué desde Darwin. Mis ojos se han acostumbrado a estas formas de circular y mis pies a caminar por aceras irregulares.

Me he encontrado con Miguel por la mañana, hemos estado hablando de todo un poco.
Es una persona muy agradable más o menos de mi edad, vive en el norte de Kuta que es más tranquilo y elegante con su pareja Edi (le llama así pero se llama diferente) balines de 37 años, llevan juntos 10 años.

Hemos recorrido Kuta en su moto hasta un buen restaurante cerca de donde viven, ha venido Edi a comer con nosotros.
Me ha sorprendido que empezaramos a comer sin esperarle. Me ha dicho Miguel que aquí no se come reunidos, el acto de la comida es una necesidad que se cubre de cualquier manera, comiendo en el trabajo o cualquier rincon, no es un acto social.
Edi es muy guapo y tiene una sonrisa encantadora mostrando unos dientes en perfecto estado y bien alineados.
Lo de fijarme en las bocas es deformación profesional.


Luego hemos pasado por donde tiene el almacén de costura que regenta Edi.
Tiene un espacio ajardinado muy agradable, una estancia amplia con unas 10 maquinas de coser.
Las trabajadoras (todas féminas) trabajan a destajo, me cuenta que hay mucho absentismo laboral por motivos religiosos. Tienen un costurero hombre, ese está asalariado.
Están haciendo unos modelos para exportar a España, les ha tomado unas fotos para enviar a sus clientes.
Miguel trabaja también con plata en adornos que exporta a través de un cliente a España.
Solo tiene un cliente pero le da lo suficiente para vivir. (Aquí se puede vivir con muy poco).
Están contentos porque ya han pagado la casa donde viven y ahora podrán viajar.

Edi se va de marcha los fines de semana con un amigo pero a Miguel no le importa, dice que es joven y necesita más marcha de la que él le puede dar………………………… Me encanta la gente comprensiva y abierta, la próxima vez que nazca me pido no ser celosa, es genial.

Luego nos hemos llegado con la moto hasta Denpasar, hemos visitado el mercado de telas a un lado del rio y de comidas al otro lado. Es grande, bullicioso, pocos turistas y demasiada oferta a mí entender.


En un parque muy hermoso coronado con una escultura monumental hemos visto la ceremonia de inauguración del festival de arte indonesio que vino a inaugurar el presidente de Indonesia.


Las ruas muy vistosas con carrozas de enormes ninots que como en las fallas son construcciones que luego se queman, en este caso por ser mortuorias.
Se mete al ilustre muerto dentro y se le prende fuego.



Los indonesios que participan son de diferentes distritos e islas por lo que la rúa es tan larga que los que están por el final aún no han empezado. Esperan sentados si puede ser a la sombra ya que hace un calor que no sé como aguanta del maquillaje en sus caras sin descomponerse.


Hemos estado disfrutando del espectáculo tan elaborado, sintiéndome afortunada por la coincidencia de este evento en ese día y esa hora en la que yo estaba allí para disfrutarlo.

Miguel me ha llevado de nuevo al hotel donde he aprovechado para hacerme el color del pelo ya que empiezan a verse las raíces canosas (pasa el tiempo volando).

He contratado un sutthle para mañana volver a Ubud.

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