Esta mañana ha sido espectacular. A las seis de la mañana me despiertan los ruidos de la familia donde habito con gran trasiego unido a los cantos de los gallos y el piar de muchos pájaros y algún perro ladrando colaborando así en el festín.
De momento me ha venido a la memoria un día en Túnez hace 20 años que me despertó de madrugada un chillido conjunto de muchas voces sobresaltándome, Carlos, mi primo y pareja por aquel entonces, me sosegó explicándome que eran las mujeres que a la salida del sol se asomaban a las ventanas y emitían aquel sonido tan característico que hacen con sus lenguas para celebrar la pascua musulmana.
De entrada he intentado seguir durmiendo pero a los pocos minutos un repique de campanilla incesante y canticos se han unido al jolgorio anterior.
Ya no me ha quedado escusa para seguir durmiendo, la actividad iba “in crescendo” de manera que han llegado hasta la puerta de mi habitación.
Me he levantado y con mi cámara de fotos en mano me he unido a la celebración en el altar de ceremonias que tienen en la casa. Una procesión de ofrendas en los muchos otros altares diseminados por todo el recinto de la casa.
Iban con sus trajes de celebración con los pañuelos en la cabeza y muy contentos.
La ceremonia ha durado cerca de dos horas.
Esta es la ventaja y a la vez inconveniente de estar viviendo con una familia, resigo sus celebraciones y su vida cotidiana de cerca pero también la sufro ya que según parece esto va a ser cada día durante una semana (espero equivocarme) ya que es la celebración del…………………Ya no recuerdo el nombre pero temo que acabaré sabiéndolo bien pues dura hasta el ocho de julio.
La solución está en ir a dormir más temprano que es lo que suelo hacer.
Me he encontrado con Lluís y Vanesa en su hotel, estaban desayunando junto a la piscina que es muy bonita, el dueño del hotel me ha invitado a un té y ha saludado a mis hijos.
Hemos ido al Monkey Forest, he disfrutado del regocijo de mi hijo con los monos hasta que un mal carado que se le subió a las piernas le mordió (no del todo, solo marcándolo) porque no le daba plátanos o porque no le soltó las gafas que intentó robarle.
Lo cierto es que le ha dejado marca de sus dientes, no ha llegado a atravesar la piel lo cual indica que no había intención de morder realmente pero fue lo suficientemente desagradable como para cabrear durante un rato a mi hijo que estaba preocupado por la posibilidad de alguna transmisión de enfermedad.
Le calme haciéndole notar que no había más que una escoriación sin llegar a herida, al rato se le pasó el enfado pero se los miraba con desconfianza.
Un masaje balines de una hora nos ha congraciado con el día que ha sido discretamente caluroso amenizado con una comida excelente en el restaurante “El Loto” que está dentro de un hermoso templo con un lago lleno de Lilys (estuve comiendo allí con Miguel anteriormente).
La salida de las niñas del cole ha llamado mi atención.
Para rematar las sensaciones novedosas, un baño de pies con los peces que mordisquean la piel muerta ha hecho que se troncharan de risa y nervios de la sensación.
Les pasó como a mí que a los pocos minutos ya te acostumbras y no impresiona tanto pasando a ser placentero.
Les pasó como a mí que a los pocos minutos ya te acostumbras y no impresiona tanto pasando a ser placentero.
Por la tarde me fui a mi hotel a descansar y aproveche para llamar a Carlos para poner orden a los mensajes recibidos. Ha quedado claro que no voy a ir a Gili de nuevo y que me voy el día siete siguiendo mi programa de viaje.
Estaba muy alterado pues hoy le han comunicado que a finales de julio se le acaba el contrato y no se lo prolongan. Ha estado mirando trabajo pero le piden certificaciones que no tiene, está preocupado porque no tendrá más remedio que volver a su isla cosa que no desea.
Le he dicho lo mucho que lamento su situación pero que yo no podía hacer nada al respecto, lamento que no le vayan bien las cosas pero es algo que ha de resolver él.
Me ha dejado una sensación de pena, lamento que esté preocupado pero estoy segura que saldrá adelante de una manera o de otra aunque tenga que volver a los arrozales por algún tiempo.
Por la tarde un paseo por la ciudad viendo las tiendas con sus decoraciones muy aparentes.
La sala de arte que me gusta a mí y debajo la que la gusta a Lluís.
Hablando con Lluís he descuidado vigilar donde piso lo que ha causado que metiera el pie izquierdo en uno de los muchos agujeros de la calzada torciéndose un dedo. Me ha quedado algo dolorido e inflamado. No me he hecho mucho daño pero me va a dificultar hacer yoga.
La cena ha sido una velada harmoniosa charlando tranquilamente y riendo de ese humor sarcástico de mi hijo.
Por la noche ya en el hotel he podido hablar con Rosend que ya tiene billete de avión para ir a la India en septiembre, desde allí iremos a Nepal para hacer algún trekking y ver de hacer algún retiro espiritual de meditación, no sé dónde mirar monasterios budistas con acogida, como siempre recurriré a la web. Le diré a Rosend que también vaya buscando él a ver que encontramos.
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