jueves, 19 de julio de 2012

19/04/2011 Manly, Australia



Esta mañana ha venido a recogerme Estefan , hemos ido a Manly a pasar el día. Hemos cogido el transbordador con el mismo pase que el del autobús que también sirve para el tren.
El trayecto es de media hora aproximadamente. Manly se encuentra en un extremo de la desembocadura del puerto de Sidney que forma una bahía muy grande.


El núcleo urbano de Manley se encuentra en una franja donde recibe al ferry del puerto por la bahía, cruzamos una amplia calle ajardinada de unos 150 metros llena de tiendas y restaurantes que desemboca al océano donde presenta una playa amplia con cantidad de surfistas intentando cabalgar las olas y un espacio a mi parecer no muy amplio limitado entre dos banderas que es la zona de baño, el resto es para los surfistas.


Un paseo bordea la playa y se adentra por las rocas hasta salir a una pequeña playa con árboles y rocas que me ha recordado algo a la costa brava. En la playa hay una zona con una barbacoa para que se cocinen la comida los que la llevan y unas mesas de merendero
.

El lugar es muy bonito con esculturas en las rocas y dragones de playa. Las aguas turquesas y olas que han ido incrementándose en tamaño para placer de los surfistas a medida que avanzaba la tarde.


Sentados en la hierba tras la comida, Estefan, me ha contado su vida. Es muy interesante saber porqué una persona agradable, simpática e inteligente se encuentra sola.

Se casó hace 25 años con una italiana con la que tuvo una hija, al parecer tuvieron problemas divorciandose cuando su hija tenia 18 meses.

Se casó nuevamente teniendo una niña y un niño y tampoco funcionó, lo peor de todo eso es que tuvo que pasar pensión a ambas ex esposas hasta los 24 años que marca la ley que beben tener los hijos para dejar de pagar.

Cuando conoció a su tercer amor, una chica muy joven que quería casarse y tener hijos le dijo que no podía ser que él no quería más hijos y le dejó.

Dice, como la muchos hombres que se sinceran, que no entiende que quieren las mujeres y lo que a mi me sorprende es como argumenta eso de "si tienen una casa, llevo dinero para la comida y tienen los hijos....¿ que más quieren?" Esto me hace pensar que hay un verdadero problema evolutivo femenino que no es asimilado por muchos hombres ya que ese argumento de que teniendo hijos, casa y comida que más pueden desear una mujer da mucho que pensar.


La vuelta en el ferry con la puesta de sol ha sido espectacular, el rojo del cielo con el gris de las nubes y la silueta del puente y de la ciudad deja una impresión de grandeza y quietud que dificilmente puede ser recogida por una cámara de fotos.


Es difícil describir el embrujo del anochecer en el puerto de Sidney, parece como si tuviera vida propia cambiante a medida que va cambiando la luz al caer la noche.


Especialmente hoy que asoma una luna llena mezclada con las nubes enrojecidas por la puesta del sol.


Hemos cenado con David en un restaurante de comida de Mongolia. Estaba muy bien cocinada y sabores exóticos, algún plato con más especias de lo que me suele gustar pero supongo que acabaré acostumbrándome. David me ha enseñado a comer con palillos, Estefan no los usa nunca.

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