jueves, 19 de julio de 2012

19/6/2011 Gili Meno, Lombok



De buena mañana ha venido a buscarme para despedirse Carlos.
Ha hecho un gran esfuerzo ya que ayer estuvo trabajando en un bar disco hasta las cinco de la mañana. Me ha venido a despertar a las siete. Ha dormido escasamente una hora y media.

Está convencido de que cuando llegue a Lombok en tres días le llamaré para que me haga de guía, no le he dicho claramente que no porque el motivo es difícil de explicar.
Tres días con dos noches fuera de su casa y conmigo pueden llevar a confusiones, no quiero compartir mi habitación con él.

Me ha estado contando que en Lombok trabaja en los campos de arroz pero eso solo da trabajo unos meses al año. Tiene que venir a las Gili para poder trabajar con el turismo para ganar lo suficiente para pagar su habitación que si la coge por un mes le cuesta 1.000.000 de rupias pero si la coge por un año le cuesta solo 7.000.000.
Con solo el trabajo de los campos no le llega para comer. En el bar no le pagan mucho, lo combina con otro trabajo en información y turismo por las mañanas.

Le he dado 200.000 rupias (lo que me ahorré de hotel gracias a él) con la excusa de que así tendrá para coger el barco y otros gastos.
Se ha hecho el remolón pero al final lo ha aceptado.

He estado paseando por la única calle del pueblo con vida viendo cómo iban abriendo los comercios.


La Gili Meno esta a tiro de piedra de la Gili Trawangan y es tan pequeña como se aprecia en la foto. El bote ha hecho el trayecto en 10 minutos pues le ha dado la vuelta ya que el puerto de la Gili Meno está encarado a la Gili Air y de espaldas a la grande.


Mientras esperaba en la playa el embarque me ha llamado Estefan. Me ha dicho que en Darwin hace mucho frío, que está sacando el pasaporte y las vacunas para venir a Bali….Ya veremos.

Nada más llegar a la isla una local en un restaurante me ha preguntado si buscaba hotel, le he dicho que si y me ha ofrecido una habitación tipo cabaña con agua dulce por 85.000 rupias y si quería desayuno por 100.000. Un chollo.

Estaba ya instalada con el único inconveniente de que están en obras en el jardín haciendo más bungalows pero en principio no era problema ya que empezaban a las 8 de la mañana. Yo siempre estoy levantada a esa hora. Terminan a las cinco de la tarde.

He estado en la playa bañándome y tomando el sol.
No me puedo creer que hoy ha sido mi primer día de playa tal y como mandan los cánones, se nota que no me gusta mucho el sol en verano.

Un mensaje de Carlos, el indonesio me pregunta que me parece la isla.
No le respondo. Creo que es mejor dejarlo todo así. Es buen chico y realmente me gustaría que me hiciera de guía en Lombok pues él lo conoce bien pero si lo desplazo de donde tiene su casa y me lo llevo conmigo trae consigo expectativas lejos de mis deseos.

He llegado a la habitación para ducharme, genial, agua normal.
De repente he oído un gallo cantando en el patio que da a la parte de atrás de la cabaña.
Me he dicho, esto sí que no, he llamado a otro hotel que sale en mi guía y me han ofrecido habitación por 150.000 rupias.
He dicho que si, como está al otro lado de la isla, frente a la Gili Trawangan, he cogido un coche de caballo y he dejado el hotel argumentando alergia severa a los gallos.

Al llegar al hotel, sorpresa…….Agua salada en la ducha.
Habitación tipo cabaña hecha un desastre y la que está algo mejor frente al mar son 200.000.
He ido a otro no muy lejos que me han dicho que el agua es dulce pero estaba lleno.

Acalorada y siendo ya de largo la hora de comer, he pedido un plato indonesio de pollo con verduras y arroz (pollo al curri) que he comido junto a la playa hablando con los muchachos del hotel que se llama Good Heart.


He oído a los de la mesa de al lado hablar en español. Me he enrollado con ellos.
Son de Granada pero están viviendo y trabajando en Londres, se llaman David y Marta.
Hemos estado hablando mucho rato y hemos quedado para ir a hacer snorkle mañana.

He decidido no dar más vueltas y me he quedado con la habitación más cara con agua salada, que se le va ha hacer. Si he metido la pata a aguantarse. Otro día a ver si pregunto por teléfono antes de decidirme a trasladarme.

Pero no acaba todo ahí. Instalada ya en mi habitación, ah, sorpresa, un hermoso gallo que me recuerda que esta noche va a estar por mí dedicándome su serenata.
Si, justo al lado de mi cabaña hay un gallo que está entrenándose para hacer unos solos esta noche dedicados a mi menda.

Paciencia Maite, me dije, a lo mejor se queda afónica esta tarde.
Para más inri en este lado de la isla no hay internet (donde estaba antes, si).

Resumiendo, he cambiado de hotel a otro más caro y con las mismas condiciones que me hicieron dejar el primero.

Justo frente a mi cabaña se ha puesto el sol, cada puesta de sol es diferente pero tienen en común que todas son mágicas.
La de hoy no ha sido menos.


Esta isla es tan tranquila que mañana me voy a la siguiente pues a las siete de la tarde ya no hay nada que hacer ya que no hay luz (del sol). La eléctrica deja mucho que desear, es mortecina. Es difícil leer en estas condiciones.

No he tomado medidas antimalaricas por lo que estaré lo menos posible en Lombok y sus islas ya que es zona endémica.

En estas islas y este mes hay muy pocos turistas y poquísimos habitantes, es lógico ya que es pequeñísima, se rodea caminando en algo más de una hora.

La bicicleta no es muy aconsejable a no ser que se tenga mucha fuerza en las piernas, la pista que la circunda es en gran parte de arena y en arena pedalear es muy difícil.

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