jueves, 19 de julio de 2012

20/10/2011 Último día en México



Es curioso como hay cosas que no las cambiarias en ninguna circunstancia y otras que basta el vuelo de una pluma para cambiar de opinión.

México no estuvo nunca en los planes de mi viaje, es un país que me atraía pero a medida que he ido enterándome a lo largo de mi vida de los desmanes que aquí se acometen sin que por eso nadie se rasgue las vestiduras, la corrupción dentro del mismo estamento que debería ayudarte en caso de apuro (la policía) y el machismo exacerbado llegando a la trata de blancas organizada con el beneplácito de las autoridades con un largo etc. hizo que de este país tuviera ideas preconcebidas muy negativas.

Se me plantó en mi ruta cuando quise volar de Asia a América, tenía dos opciones de vuelo más o menos decente que era ir a Los Ángeles o a México.

Me decidí por esta última por varios motivos:
- El vuelo más corto en horas ( diferencia sustancial con otras opciones)
- Salida desde Yangón, evitando así tener que volver a Bangkok de nuevo.
- Mas barato también con gran diferencia de otras ofertas.
- Más cerca de mi destino principal que es Sudamérica.

Y por si todo esto fuera poco mi amiga Mireia me animó a ir pues ella lo pasó genial.
Lo que son las cosas, una vez aquí me propuse hacer una ruta al sur que la temperatura es más agradable pues empieza a hacer frio en el hemisferio norte.
Sabiendo que Flora estaría por Cuba en estas fechas me animé a encontrarme con ella y darle un abrazo.
Pero ha bastado el vuelo de una pluma como decía para que cuando en la web vi que me salía a menos de la mitad de precio el vuelo desde la Habana a Lima (mi próximo destino Machu Pichu) en relación a lo que me costaría desde México que sin pensarlo he incluido a cuba en mi ruta a última hora y contra todo pronóstico.

En México hay una gran campaña de concienciación cívica. Hay carteles con recomendaciones tanto higiénicas (lavarse las manos tras usar el retrete) como éticas (contra la pederastia, contra drogas) y de respeto por los derechos de los transeúntes por todas partes.
Eso está bien, espero que sea efectivo.

Lo que no me ha pasado en Asia en seis meses me ha pasado esta mañana con el desayuno en un restaurante local que tenían unos zumos de frutas muy apetecibles. He tomado huevos rotos con arroz y pasta de frijoles y creo que ha sido esto último lo que no estaba en condiciones higiénicas aceptables.

Mientras lo comía mi paladar me lo rechazaba pero por aquello de “no seas maniática Maite que son aprensiones tuyas” lo tragué. He estado con diarrea y jurándome que la próxima vez haré caso a mi cuerpo, aunque parezca “ Llepa fils” que decimos los catalanes, si creo que no está bien lo que tengo en el plato, en el plato se quedará,¡ LO JURO¡.

El vuelo a Cuba un suspiro, escasos 50 minutos.

La llegada a La Habana espectacular, con un cielo repletito de nubes cargadas entre las que se iba escondiendo el sol. Las vistas desde el malecón impresionantes con unas olas tipo San Sebastián en día de tormenta rompiendo contra el muro alzándose sobre este. ¡mar bravo hoy¡


Me he dado cuenta que han restaurado muchas fachadas de La Habana Vieja, está mucho más bonita pero ha perdido aquel aire misterioso que le confería el estar medio en ruinas y con exuberante vegetación en los antiguos y emblemáticos edificios que marcaron una toda época.

Sin cenar, claro está y con visitas frecuentes al aseo he terminado mi último día de México y primero de Cuba.

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