jueves, 19 de julio de 2012

21/5/2011 Darwin (III)


Esta mañana se ha ido Miguel para Bali. ¡Buen vuelo compañero¡


He estado en la visita guiada del parlamento y biblioteca, interesante.
Es un amplio edificio nuevo, moderno. La fachada es blanca con muchas cristaleras que hacen de tragaluz dando mucha luminosidad a los espacios interiores.

Un amplio hall da paso la biblioteca, que posee tres niveles con dos salidas al jardín. Al lado opuesto del Hall está la sala parlamentaría. Hemos accedido a ella desde un segundo piso donde hay una amplia sala con un enorme cristal blindado donde se ve la sala parlamentaria.

La disposición de los bancos son a la derecha el partido conservador y a la izquierda el liberal, en el extremo central los independientes cerrando el círculo. En total son 24 escaños.

Desde el hall del primer piso hay amplias cristaleras en lugar de paredes que dan al jardín. Y una puerta lateral da acceso al bar que a su vez tiene salida al jardín donde hay amplias mesas.


El jardín tiene vistas al mar con un césped que para mí lo quisiera en Begues, tiene una regularidad y un espesor que parece una alfombra. En el centro una fuente con surtidores de agua centrales que refrescan la vista.

Al final de la visita que dura 2 horas me he quedado en la biblioteca hasta las 4pm repasando mi nuevo destino en Bali. Por lo que leo de que tiene 17.000 islas va a ser difícil conformarse con 15 días de estancia como había pensado.

He estado mirando cómo llegar a Komodo por mi cuenta, no parece fácil pero quiero ir si puede ser por mar. Allí quiero ver al dragón como el que tengo en casa, trabajado en madera, que me regaló José y que reproducimos ambos en barro como uno de los primeros trabajos de escultura que hicimos. Nos quedó francamente bien, lo tiene Carmen en la casa del pueblo.

También quiero hacer alguna inmersión allí ya que tiene unos fondos coralinos hermosos
He mandado un mail a Susita para que me reserve el hotel que me recomendó, es “deluxe” pero ya cambiaré al día siguiente si me conviene.

Por la tarde he asistido a una puesta de sol desde el Jardín Bicentenario que hay detrás de mi hotel.
Este jardín enorme bordea el mar. Había un hermoso cielo rojizo cambiando por momentos en sus tonalidades a medida que iba oscureciendo.

Cada puesta de sol, aún siendo el mismo fenómeno natural, configura un paisaje diferente. Esta vez he querido disfrutar de toda su belleza sin disturbios por lo que no tomé ninguna foto.

Ya de nuevo en el hotel me paró para hablar un Neocelandés que iba colocadito, decía que estaba aburrido, que cada día era igual al siguiente. Me contó lo bien que se lo pasó en España hace 24 años….....Le creo, tenía 24 años menos y eso se nota.

Lo mejor de esta cadena de hostal YHA es que acude un público más tranquilo, aunque los hay que beben, como no, pero no hay gritos ni broncas ni alborotos.

La habitación es de seis literas pero nunca estamos más de cuatro, algún día incluso solo tres.

La gente va pasando, es un destino de transito para conocer los parques nacionales de Kakadu y Litchfield, ir a la garganta de Catherine o al rio Adelaide a disfrutar de los cocodrilos sin olvidar la catedral de las termitas que también son un espectáculo de ver.

En la ciudad hay actividades variadas, como el mercado en la playa Mindil, los jardines botánicos, museo militar al que no pienso ir, el casino que tampoco.

Distracciones no faltan pero lo hermoso está en las afueras, los parques nacionales.