jueves, 19 de julio de 2012

22/11/2011 El diluvio, Rurrenabaque



Hoy la lluvia no ha sido esa fiel y considerada compañera de viaje que acostumbra a manifestarse por unas pocas horas dejándome el resto del día para mi disfrute con atmosfera lavada.
Ha estado lloviendo torrencialmente todo el día, desde buena mañana hasta la puesta de sol que supongo la ha habido a pesar de que con las negras nubes no he podido verificarlo.

Este hecho ha condicionado todo el día, poco se puede hacer con las calles encharcadas y las nubes descargando sin consideración el agua acumulada.
En vistas de que pasaban las horas y seguía igual me he embutido con mi chubasquero de plástico y las chanclas de goma, pues ya que tenía que caminar por el agua mejor hacerlo medio descalza, y he salido a dar un paseo.

La temperatura es agradable pero tanta agua me ha invitado a volver al hotel tras una ligera comida en un restaurante tan vacio como el resto del pueblo. La gente se ha escondido y eso hice yo también.

Más tarde me armé de valor no para enfrentarme al agua sino para meterme en Internet, intentando poner el blog al día con la santa paciencia de tener que esperar infinito para subir alguna foto.

He recibido con mucha ilusión un mail de mi amigo Pablo contándome su regreso a Chile con algún incidente pero sin consecuencias. Le he dado las gracias por hacerme fotos tan bien enmarcadas y bonitas en el Machu Picchu, es un buen fotógrafo.

Me gustaba verle con esa semisonrisa que se le dibujaba en la comisura de su boca, moviendo la cabeza cada vez que me tomaba una foto. Le hacían gracia las poses que ponía yo.

También he aprovechado para mandar la carta abierta a los amigos que ya han pasado dos meses desde la última. Me ha costado comprimir tantas vivencias de tantos lugares, no quería extenderme demasiado.

Decididamente algún día tenía que quedar en blanco y este día ha sido hoy. Una hora de yoga antes de ir a dormir en mi habitación es el máximo esfuerzo del día.

He pasado por la agencia de ecoturismo comunitário de Chalalán Ecolodge y he quedado de unirme a un grupo que sale el jueves para pasar 4 días y tres noches en el Parque Nacional Madidi, cuyos beneficios revierten directamente a la comunidad tacana de la aldea de San José de Uchupiamonas en la cuenca del río Madidi.

Solo espero que la lluvia me dé una tregua para disfrutar de la selva.

Un paseo junto al río Beni hasta que ha oscurecido del todo ha dado el punto final.

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