jueves, 19 de julio de 2012

25/12/2011 Navegando el Estrecho de Gerlache, Artántica



Esta mañana me han contado que los más juerguistas acabaron la noche pasadas las tres de la madrugada, fueron al departamento de los marinos a bailar y brindar con ellos.

Hoy hemos atracado en el lugar más bonito de todos estos días Puerto Neko, Pequeña bahía dentro de otra más grande, Bahía Andvord.


Delante hay un glaciar muy fracturado que sufre frecuentes desprendimientos y en nuestro honor hoy también nos ha deleitado con uno, con rugido y oleaje al caer.

La colonia consabida de pingüinos Papúa, en la empinada loma donde hemos accedido siguiendo los pasos de nuestro guía.



El regalo de Navidad lo hemos tenido al llegar al barco, cuando algunos compañeros aún estaban en las zodiac para acceder, han aparecido tres ballenas juguetonas que han hecho las delicias de los maravillados pasajeros que hemos salido cámara en mano, casi sin ropa ya que nos habíamos quitado las capas pero el evento valía la pena.


Los de las zodiac estaban alucinados como jugaban pasando por debajo de ellos para reaparecer nuevamente a escasa distancia, muchos estaban acojonados.

Han estado siguiendo al barco mucho rato, adelantándolo (jugando a echar una carrera con el buque) como hacen los delfines. Ese comportamiento no es nada frecuente en las ballenas, sucede pocas veces, hemos tenido el honor de presenciarlo con gran deleite.


La animación ha sido máxima pues estaban junto al barco y no paraban de emerger y sumergirse.

Por la tarde una travesía visitando los glaciares y como siempre la visita a una colonia de pingüinos. Vimos otro trozo de glaciar cayendo y una hermosa foca un poco harta de tanta visita inesperada.


Es genial, al volver al barco siempre nos espera algo caliente como un consomé o chocolate caliente como hoy.
Va bien pues poco o mucho volvemos heladitos, al menos yo, me consuela que hablando con otras personas me manifiestan que ellos también vuelven enlas mismas condiciones (por aquello que mal de muchos.....).



Mientras cenábamos nos han anunciado desde el puente el avistamiento de ballenas jorobadas varias alrededor del barco, hemos dejado la cena a medias y hemos salido disparados tal cual íbamos con lo que a los pocos minutos estaba temblando de frío sin ser capaz de entrar a ponerme algo más abrigado por el magnetismo del espectáculo.


El sol hace acto de presencia constante, a las once de la noche que estoy escribiendo esto está tan claro que casi echo de menos el oscurecer que invita a irse a la cama, con tanta claridad parece que aún no sea hora de ir a dormir.



La presencia de una linda foca algo arta de tanto paparachi intentando dormir tranquila.

Ha sido un día completísimo, lleno de emociones, ha habido de todo a todas horas y el paisaje de cortar el hipo.

Cada nuevo desembarque me muestra un paisaje que parece inmejorable, la verdad que son todos preciosos, esto es espectacular, un sueño hecho realidad, me siento feliz.


No hay comentarios:

Publicar un comentario