jueves, 19 de julio de 2012

26/12/2011 Navegando el estrecho de Gerlache, Antartica.

“Una expedición antártica es la peor manera de pasar el mejor momento de tu vida” Apsley Cherry Garrad (The worst journey in the world).



No sé que me ha pasado esta mañana, me he despertado pensando que ya estaban a punto de llamarnos por megafonía, me he levantado, me he puesto las muchas capas de camisetas y calcetines debajo de los pantalones impermeables y el anorak, he subido al salón y …. ¡sorpresa¡ en el reloj que hay allí eran las cinco y media de la mañana.



Como no tenía ganas de pelar la cebolla y reconstruirla luego, me he quedado poniendo en orden mis fotografías, descartando las máximas posibles, no quiero tener un exceso y entreteniéndome esperando la hora y media que faltaba para que nos despertaran.


Alberto ha aparecido por el salón y se ha quedado a tomar un café conmigo.
Me ha contado su vida, es marinero desde los dieciocho años, trabajó en un petrolero ocho años, luego en un remolcador y en este buque lleva también algunos años.

Me gusta la cara de niño bueno que pone cuando habla conmigo, parece que nunca ha roto un plato.


La excursión de la mañana ha sido a Rocas Hydruga.
Este nombre viene del nombre científico de la foca leopardo (Hydruga leptonix).
Hemos visto focas y pingüinos, es muy entretenido verlos en su ambiente.

Un pingüino ha plantado cara a un pájaro que pululaba por la colonia y lo ha echado, se comen los huevos e incluso algún bebe si está descuidado de los padres.


La de la tarde a Puerto Mikkelsen al sur de la isla Trinidad. Los pingüinos papúa que son más grandes que los barbillo, con el pico rojo y sin la raya típica de estos últimos en forma de barba que les da el nombre.



Los glaciares que nos rodean tienen paredes de hasta 30m de alto, son impresionantes oírlos rugir cuando se agrietan, lo es aún más cuando tras el rugido viene la avalancha por la ruptura levantando, al caer al mar, olas de tamaño variable según sea el trozo roto.
Les llamamos tsunamis aunque no lo son tanto.


Cada día al volver de las excursiones nos espera el chocolate caliente o cualquier otra bebida caliente que nos apetezca.
Por la tarde, antes de la cena, se hace el resumen del día con todo lo acontecido, la biólogo/a nos habla de los animales que hemos visto y el geólogo nos ubica en el mapa dándonos también conocimiento de la que haremos al día siguiente.


La historiadora nos pone en antecedentes de lo que aconteció en las expediciones antárticas y de quien son los nombres de los sitios a visitar.

Hoy en la reunión nos han avisado de malas noticias, esta bonanza en el clima con vientos minimos o inexistentes que ha hecho de nuestra una balsa de aceite se acaban.
Para mañana se espera viento y en el mar de Drake, cuando lo pasemos de vuelta, olas de 8m.


Así pues el desembarco de mañana por la tarde queda anulado para iniciar la vuelta para llegar a la hora prevista.
Se nos avisa que no salgamos de los camarotes para evitar posibles lesiones y que guardemos todo bien que no se rompa nada.

Al acabar de cenar, en el salón se ha iniciado una apuesta, poner un dólar cada uno haciendo un bote, no tomar ninguna medicación contra el mareo y gana el que pase el Drake sin vomitar.

La excursión de la mañana se hará solo si lo permite el viento.


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