jueves, 19 de julio de 2012

27/6/2011 Ubud (X), Bali



Toda la noche lloviendo, todo el día lloviendo, no ha tenido suerte con el tiempo Carlos. No hemos podido salir del hotel en todo el día.
A él le ha ido bien pues el aire acondicionado del trayecto desde Gili a Bali le ha hecho coger frio. Está estornudando, con titiriteras y dolor de cabeza.
Se le nota en la cara que está abotagado.
Le he dado un paracetamol, es reacio a tomar medicación. Aquí se estila remedios caseros, son más económicos.
Me ha dado un ataque de risa cuando me ha contado cómo se cura él de la fiebre o de los resfriados. Se pone a jugar al pimpón como loco, sudando mucho, concentrado en el juego, acaba todo sudado y tras una ducha se siente como nuevo.
A partir de ahora recetaré partidas de pimpón a mis pacientes con síntomas de resfriado.


Ha sido un día ilustrado. He aprendido a jugar al póquer en el ordenador. Se ve que en facebook hay un apartado donde hay juegos, la gente que está apuntada se une a una mesa de casino, escoges la mesa que hay un sitio libre. Puedes ver el nombre de quien está jugando por si hay algún amigo.
Se hacen las apuestas con dinero ficticio y si pierdes ya no puedes jugar en esa mesa en 24 horas (creo).
Ha sido una forma entretenida de pasar el rato mientras llovía. Lo más divertido del juego oír como se ríe Carlos de los comentarios de los otros jugadores a través de un chat simultáneo que llevan mientras se juega.
Como ya estaba hartita de habitación he dejado a Carlos jugando. Me he ido a alargar mi visado y a la biblioteca a pasar un rato leyendo. Les he pedido un paraguas a la familia de mi hostal.

En la biblioteca lo he pasado genial, primero he estado estirada en los cojines de mesa baja leyendo la guía de mi próximo destino. Me he quedado adormilada en ese estado de duerme-vela tan agradable y endorfinico cuando ha llegado una muchacha y me ha dicho que iban a hacer la clase de inglés gratuita para niños en ese lugar, que si no me importaba.


He accedido de mil amores. Han aparecido un grupo de niños que como tal han empezado a hacer y decir tonterías debido a mi presencia. Reía todas sus gracias pues no hay diferencia ni geográfica ni cultural. Los niños hacen tonterías en todo el mundo de la misma manera.

He disfrutado con la clase de inglés viendo con que dulzura y amabilidad les hablaba su profesora trasmitiéndoles así formas agradables de relación.
No como en mi infancia que la monja nos pegaba unos gritos de atención y amenazas constantes de castigo como la que nos decía "burra, que eres más burra que los burros que acarrean por la carretera" eso dicho a la tierna edad de los siete ocho años marca (lo recuerdo tras tantos años pasados).
Así he salido yo de protestona y malcarada.
La educación con suavidad y buenas maneras genera mejores modos de expresión en los pupilos.

Me ha llamado Carlos diciendo que en el hotel le pedían la llave de la moto ya que les dije que lloviendo no la quería, me parece absurdo pagarla para tenerla aparcada aunque solo me cueste 40.000 rupias al día.


De vuelta al hotel viendo que el paracetamol ha hecho el efecto deseado en Carlos, hemos ido a cenar.
Antes me he conectado a skype pudiendo hablar con Rosend que está genial, ha saludado a Carlos por la cámara.


No he querido volver al hotel tan pronto. Me he ido a dar una vuelta por la ciudad que de noche adquiere un aspecto totalmente diferente al de día.
Hay restaurantes divinamente decorados, sobre todo ajardinados y con iluminación llamativa.
También hay algunas tiendas que se realzan con la iluminación artificial contrastada por la oscuridad de la calle sin farolas.

He lamentado no llevar mi cámara de fotos pues una de ellas me ha gustado mucho, pasaré mañana a verla de nuevo.

Mañana temprano se va Carlos a su isla contento de haber estado en Bali.

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