jueves, 19 de julio de 2012

29/12/2011 Seguimos en el Drake, Antartida



La noche ha sido movidita y nunca mejor dicho, los bamboleos, los ruidos al golpear las olas y el caerse cosas al suelo constantemente ha sido la melodía de fondo que me arrullaba en mi sueño. La verdad es que he dormido muy bien.

El desayuno muy dificultado por el movimiento con solo una docena de pasajeros en el salón, el resto de ellos dormitando.

Yo no me quería perder nada, observaba por los ventanales las enormes olas acordándome de la película “la tormenta perfecta”.

En realidad no tenemos tormenta propiamente dicha, incluso brilla el sol a ratos.
Estas olas están provocadas por el viento.
En la zona del Drake, antiguo mar de Oses que así bautizaron los españoles al principio, no hay protección de ninguna clase, no hay islas ni continentes en esta franja en todo el globo terráqueo, por lo que el viento puede y suele soplar con furia sin ser obstaculizado por tierras.
Incluso cuando cesa el viento, las olas tardan más de 24h en perder violencia.


Cuando pasamos por aquí a la ida el personal de a bordo estaba extrañado de la calma que había, decían que días así solo se veían cada diez años.

Tal y como anunciaron a partir de las dos de la tarde, al sobrepasar el cabo de Hornos, empezó a bajar la intensidad de la marea, a las cinco ya estaba el mar como una balsa. El cambio fue enorme, parecía mentira con lo que se había movido el barco y lo quieto que se quedó.


La comida fue de bocadillos pues con la intensidad de las olas ya no les quedaba vajilla.
A la tarde, cuando amainó empezó a salir la gente de sus camarotes abarrotando el salón, daba gusto ver tanta gente, las últimas 48h solo éramos una docenita, siempre los mismos.

Por la tarde se nos pasó un CD con la bitácora del viaje, las imágenes del mismo en fotos en un montaje muy bonito con música de los diferentes sitios visitados. Fotos de paisajes, animales y nuestras.

Precioso, ha sido una gran labor por parte del equipo de hacer cada día el resumen, el cuaderno de bitácora y montar las fotos, se lo han currado.


La cena fue toda una fiesta con aplausos, vítores a los diferentes países de los pasajeros, aclamaciones al personal que nos hicieron un número de circo llevando los postres en una bandeja en la cabeza mientras bailaban a lo largo del pasillo del comedor.

Un ambiente de camaradería y distensión ya que era la primera vez en dos días que podíamos comer sin que se moviese los platos.

En el comedor estábamos todos juntos al fin.


Por la noche bailé unos tangos con Imanol, un joven argentino, nos aplaudieron mucho y eso que no nos salio muy bien por estar el suelo enmoquetado lo que dificultaba los giros.

Después una fiesta autentica en el salón de los marineros, allí si que había bailoteo y diversión.

Lo pase muy bien, por fin pude bailar con Pablo creándose un buen rollo entre nosotros para disgusto de Alberto que pretendía acapararme, no le dejé.


Como Pablo estaba de guardia en el puente iba escapándose para bailar conmigo y subiendo al puesto de trabajo a ratos.

Un jovencísimo holandés de 27 años se me dirigió diciéndome que le perdonara por lo que me iba a decir pero que nunca había visto a nadie de mi edad con un cuerpo tan estupendo, bailando tan sexy, le di las gracias por el cumplido pero no se conformó con eso, me estuvo presionando para que estuviera con él diciéndome "sexy mum" y muchas lindezas más intentando convencerme de lo maravilloso que sería que retozáramos un rato juntos.
Los argumentos no tenían desperdicio.



Le dije que estaba interesada en estar con otra persona, me dijo que ya se había dado cuenta que era Pablo pero que me equivocaba en la elección ya que no estaba allí, además tenía barriga cosa que él no. Argumentó que era mucho más joven ,estaba plano y musculado ya que iba al gimnasio (que crueles los jóvenes, pobre Pablo).

Como hacer entender a un joven que un hombre maduro puede ser más interesante que él.
La juventud es bella pero no lo es todo.

A todo esto Alberto intentando que le hiciera caso, yo lamentando tanto enredo preguntándome que había hecho para crearme ese lió pero decidida a estar con quien yo quería y no con los que querían ellos.

Al final apareció Pablo que acabó la guardia , estuve con quien deseaba estar.


Me he enamorado, ¡Peligro¡.................... menos mal que se va mañana a una nueva travesía, pasará a ser un hermoso recuerdo que complete este estupendo fin de crucero.


Gracias Pablo.

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