jueves, 19 de julio de 2012

4/8/2011 Templo de la literatura, Hanoi



No empezó bien el día. A las cinco de la mañana, una hora antes de llegar a Hanói una diarrea me pasó factura por caer en la tentación de comer lo que me ofrecían en los chiringuitos de una de las estaciones del trayecto.
Llegué a la Hanoi ya repuesta pero hecha polvo por lo que caí en las garras de un mafias que confundí con un taxista ya que me abordó en la ventanilla de reservar taxis de la estación.
Me dijo que habían 8 kilómetros hasta mi hotel y que me cobraba 150.000 dong. Me lleva al exterior donde ante mi sorpresa para a un taxi, me monta la maleta en el equipaje y se monta él junto al conductor diciéndole cosas en su idioma que no entiendo ………… Sospechoso.

Al kilometro escaso llegamos al hotel y el taxímetro marcaba 43.000 dong. Enfadada le dije que me había mentido y le di solo 100.000, se puso como una moto amenazándome a lo que le dije airada que llamaría a la policía.

Tras la desagradable llegada a la ciudad y haciendo caso omiso a las amenazas de pegarme del extorsionador de turno me encuentro que el hotel tiene la persiana cerrada.
Llamé al timbre, como eran las seis de la mañana estaban durmiendo en camastros en el suelo de la recepción, les pedí que me dejaran mi habitación para poder ducharme.

Pasé la mañana paseando alrededor del lago en espera de la llegada de Marta que fue también sonada como la mía.
La llamé por telefono, estaba en el taxi viniendo del aeropuerto.
Pasó una hora y no llegaba le pregunté a la de recepción si es normal que tarde tanto , me explica que seguramente el taxista la está llevando a otros hoteles donde tiene comisión.
Volví a llamarla y viendo que no respondía me puse algo nerviosa, salí al exterior y en ese momento llegaba.
Me contó que efectivamente la había llevado a otro hotel donde tuvo que defender su voluntad insistiendo de que la llevasen al hotel indicado por ella que la estaba esperando su madre.
El taxista viendo que se quedaba sin su comisión la trae hasta la esquina del hotel pero le dice que le ha de pagar más de lo acordado.
Marta que nones, él arranca el coche con ella dentro.
Marta, asustada por la posibilidad que la llevara a algún sitio peligroso, intenta salir en marcha pero la puerta está bloqueada reacciona rápido, baja la ventanilla, saca el brazo y abre la puerta desde fuera .
El taxista para pues la puerta está abierta,
Marta baja e intenta coger su maleta del porta equipajes que está bloqueado.
Le grita que le dé su maleta a lo que se acerca la gente de la calle, el taxista desiste de sus intenciones y le da la maleta.
Ya olvidando el incidente hacemos planes de cómo emplear lo que queda del día.
La comida la hicimos con su amiga de Vic y su novio que están aquí de vacaciones, junto al Templo de la Literatura.


El restaurante “Koto” viene remarcado en la guía de Lonely Planet por ser una ONG dedicada a dar estudios y trabajo a los jóvenes huérfanos por la guerra.
El Templo de la Literatura es un recinto ajardinado con un laguito y un templo dedicado a Confucio.


Allí se impartían clases de literatura y poesía convirtiéndose posteriormente en universidad.
Hemos despedido a los amigos de Marta que siguen ruta hacia el sur de Vietnam.


Un paseo por la ciudad nos convence de la vitalidad de sus gentes, la locura de su tráfico y lo peligroso de ir a pie sobre todo al cruzar calles.


La vendedora de piña me invita a colocarme su carga en mi hombro, sorprende lo complicado de mantenerla en equilibrio y su peso. Yo sería incapaz de estar más de media hora con esa carga. ¡Son fuertes¡


Un barbero en mitad de la calle queda muy pintoresco, supongo que es más económico afeitar a la gente en la calle que pagar un local para hacerlo. Me pregunto qué hace cuando llueve.

Nuestro hotel está junto al lago que luce bonito.

Por la mañana como madrugué tanto debido a la llegada en tren, pude observar a la gente (sobre todo a tercera edad que son los más madrugadores) haciendo gimnasia en el paseo que lo rodea.


Esta vez no me uní a ellos por falta de ganas, entre la diarrea en el tren, el altercado con el mafias y que dormí poco, como para ponerse a mover el esqueleto.

Estoy contenta de estar con mi hija, es muy alegre y se me llenan los ojos de ella.

Curioso cómo se quiere a los hijos. Me enamoré de Lluis y Marta al venir al mundo y sigo enamorada de ellos.

Como ambas estamos cansadas del viaje cenamos temprano y al catre.

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