jueves, 19 de julio de 2012

5/8/2011 Hanói, Vietnam



No se puede decir que faciliten las cosas para expender visados a su país vecino.
Marta necesita la visa para China pues tiene comprado el vuelo para el 28 de este mes, le han dicho que solo la tramitan a Vietnamitas y residentes en Vietnam.
Hemos dejado la solicitud y el pasaporte, el lunes por la mañana nos dirán si lo tramitan o no pero nos adelantó la persona que nos atendió que es difícil que lo acepten.
Marta está como una moto, no para de dar vueltas a las posibilidades que tiene de ir a sacárselo a otro país, todo está complicado así que tendrá que sacrificar los 10 días de Bali, ir a Bangkok a tramitar la visa o ir a Bali y olvidarse de China perdiendo el vuelo.
Difícil decisión que le está obsesionando.

Los paseos por la ciudad son decididamente exóticos, los cláxones sonando constantemente y el río de motocicletas con sus ocupantes enfundados en mascarillas con la ilusión de así no contaminarse por la polución ambiental.
Los vendedores ambulantes, las comidas en la calle sentados en cualquier sitio, tiendas de lo más variado, motos y más motos sorteándonos al cruzar las calles……………..¡están locos¡ pero me gusta.


Una calle está prácticamente en su totalidad ocupada por las vías del tren, seria guay verlo pasar tan cerca de las casas.


El sol es tan fuerte y hace tanto calor que nos ha retirado a nuestro hotel para pasar las horas más críticas con el aire acondicionado.
La tarde- noche de viernes es especial. Han puesto un mercado en medio de una calle junto al hotel llenita de puestos de venta y gente comprando ya que hacen hasta un 40% de rebajas en las compras. Es algo así como las rebajas del Corte Inglés pero semanales.

La ciudad está envuelta de la magia de las luces de hoteles y comercios, parece como si todo el mundo estuviera en la calle.
A las dificultades del tráfico que hoy está triplicado se une la de la gente caminando en busca de sus oportunidades.

Hemos visitado varias agencias de viajes en busca de la posibilidad de hacer el noroeste de Vietnam en un tour y no parece fácil. Nos proponen uno confeccionado para nosotras dos, claro que a otros precios.

Para mañana tenemos una escapada de dos días con una noche durmiendo a bordo de un barco en Halong Bay dicen que es una pasada de hermoso.


Paseando por una calle llena de tiendas de arte he visto un cuadro que me ha gustado, hay sensualidad y placer reflejado en esa mujer fumando a pesar de la edad.

En un restaurante muy vistoso entramos a cenar, no fue una buena elección, al traerme mi plato de arroz frito con gambas un bofetón a mi olfato me alertó.
Le dije a la camarera que se llevara el plato que olía mal y no lo quería.
Intentó convencerme que olía así por los condimentos pero que estaba bien.
Descartado que pudiera ser eso ya que es un plato que he pedido muchas veces, le insistí que no lo quería.
Llamó a la encargada, me retiró el plato disculpándose.
No cené, tenía demasiado presente el recuerdo la descomposición del día anterior y lo mal que lo pasé.


Mis sentimientos hacia esta ciudad son de simpatía pero me gusta más el campo, la montaña, las aldeas, el relax de la gente no motorizada.

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