Por la mañana hemos cambiado de hotel pues el nuestro no tiene agua caliente.
Hemos ido a uno que pedían 450.000 rupias por la habitación doble pero hemos conseguido que nos la dejen por 350.000.
Esta muy bien el hotel, muy limpio con piscina y un buen restaurante.
Hemos cogido el autobús público hasta Prambaran, son ¾ de hora de trayecto, el precio de 3000 rupias a diferencia de las 50.000 que nos pedía el taxi y de las 150.000 que pedían en un tour.
El autobús lleva aire acondicionado y el trayecto se ha hecho corto y ameno.
Llegamos al pueblo y caminamos un kilometro hasta la entrada del templo sorteando obstáculos, negando a los taxis que se ofrecían para llevarnos con un sol de justicia por fin llegamos al recinto rodeado de vendedores como siempre.
Esta vez he comprado un gorro ya que el mío lo perdí en el trekking al Bromo.
Las vendedoras muy simpáticas en el regateo reímos mucho pues pedían una miseria y ofrecíamos mucho menos pero con buen humor por ambas partes.
Como no tenían espejo para ver si me gustaba, Miguel me sacó una foto para que me viera, eso les hizo reír mucho.
La entrada al templo un robo. Piden 13 dólares americanos, les digo que les pago en visa y me cargan 117.000 rupias lo que no es correcto porque el dólar americano esta a 8000 es el australiano el que está a casi 9000.
Le pido que me haga el cargo en la visa en dólares y se niegan. Es decir lo pagas con dólares americanos o en rupias aunque sea con visa al cambio que ellos marcan.
Tras protestar por el timo (al fin y al cabo la diferencia es de 13000 rupias que es un dólar y medio, más o menos un euro) nos invitan a un té.
El templo principal está compuesto de uno más grande rodeado de otros mas pequeños, entre todos forman un conjunto de exquisita belleza y digno de admiración.
Hemos subido a todos ellos por escalinatas que conducen a un espacio interior con alguna escultura con significados que desconozco pero que según la guía de Lonely Planet están dedicados a Shiva, Dios Hindú, con imágenes de Ganesha, hijo de Shiva que tiene cabeza de elefante (como la escultura que hice yo y que se la regale al hermano de José).
También está Durga, la mujer de Sivha.
Desde el templo se observa en la lejanía el volcán Gunung Merapi, está activo con la chimenea emitiendo humo.
Hace 5 años una erupción destruyó gran parte de este templo.
Ha sido reconstruido casi en su totalidad, no así los otros tres templos que están en el mismo recinto y que se hayan destruidos en gran parte.
Han sido unas horas muy agradables paseando por el recinto ajardinado viendo este hermoso templo y los otros tres semidestruidos.
En estos templos hay una conjunción de religiones uniéndose la hindú a la budista.
La comida la hemos hecho en un restaurante del pueblo de autóctonos (no de turistas) comimos muy bien por solo 3.000 rupias cada uno (un cuarto de dólar).
La vuelta a Yogyakarta la hemos hecho también en bus público.
La tarde paseando por Yogya viendo sus calles abarrotadas de comercios con circulación de abundantes motos, coches bicicletas y carritos bicicleta para el transporte.
Los cruces no tienen semáforo. Se logra cruzar si te lanzas sin preocuparte del trafico solo así aminoran la marcha lo suficiente para no atropellarte.
Los cruces no tienen semáforo. Se logra cruzar si te lanzas sin preocuparte del trafico solo así aminoran la marcha lo suficiente para no atropellarte.
He estado nadando un rato en la piscina del hotel. Ha sido reconfortante poder nadar.
Por la noche hemos cenado en un restaurante precioso en un primer piso con vistas con perspectiva a la calle principal pudiendo observar desde lo alto el bullicio ciudadano.
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