jueves, 19 de julio de 2012

Nungwi 02/02/2011

Hay un gallo chillón que me despierta cada mañana al salir el sol que aquí es a las 5,30 de la mañana, suena como si estuviera dentro de mi habitación el cabrón, ya podía hacer vacaciones estos días y dejar lo de gallear para otra hora más decente.


Ayer noche la cena fue muy agradable, Pascal es muy divertido, cenamos en el Manduca calamares con patatas, los mios eran especialidad de la casa y los de Pascal rebozados, hemos cambiado platos para probarlos de ambas maneras ¡exquisitos¡
Al acompañarme al hotel se ha puesto cariñoso, es muy fumador, me costó pero pude eludir sus pretensiones sin herir su ego.

He ido a Spanish Dancer a recoger 2 libros de Dimitri para llevarlos a Barcelona, el tiene previsto venir en tres meses y los recogerá

Me ha venido ha buscar Pascal a las 14h, está haciendo un sol de castigo y una calor que cualquiera sale de paseo, como sé que en el hotel el hijo del dueño no quiere visitas, le cito para las 5 de la tarde que hace menos calor.

Ha sido genial, alucinante, hemos ido al pueblo porque Pascal necesitaba más mendicación anti malaria y el hospital no tenia desperdicio,como ir por el túnel del tiempo a los ambulatorios que recuerdo en la infancia en España. Como no tenia lo que queríamos hemos ido a buscar al médico por toda la aldea, he sido sorprendente que ese pueblo de barracas de bloques de cemento sin rebozar y techos de planchas metálicas, feo a rabiar, se transforme al caer el sol en un pueblo de belleza sin igual por lo hermoso de sus habitantes. Todo el mundo sale a la calle, ellas con sus mejores trajes ( o eso me parece) muy vistosos colores, muy erguidas en su lento caminar y los niños que han vuelto del colegio con sus uniformes jugando por las calles a" corre que te pillo" que parece ser que es juego internacional, lo practican en todo el mundo.
Mientras esperaba a Pascal en la puerta del hospital me he sentado al lado de una joven madre con su hermoso niño de dos meses en brazos, me lo ha dado para que lo cogiera yo y me he conmovido. De repente se ha oído musical a lo lejos y todos los niños y niñas se han puesto a bailar y reír de una manera muy divertida, creo que nos lo dedicaban por ser foráneos pues, sobre todo ellas, bailaban delante nuestro mirándonos a ver si las mirábamos. Sacan el culín hacia fuera a la vez que hombros y brazos extendidos van hacia delante y abajo, queda extraño pero sexi. Los niños bailan y se retan como si fueran a enfrentarse en pelea dando saltos uno frente a otro. La música era una banda de gente del pueblo y se le han ido incorporando todo el pueblo haciendo como una rúa, me ha recordado al flautista de Amelín al ver como iban llegando gente de todas partes. Pregunté que se celebraba y me dijo la enfermera que que era normal, no se si nos hemos entendido pues a mi no me parece muy normal ese jolgorio todos los días, es más si eso pasara todos los días los turistas se habrían enterado y estaría el pueblo repleto de cámaras fotográficas ( por cierto lamento no haber traído la mía, aunque igual con cámara en la mano no habría habido tanta espontaneidad. Cuando nos hemos ido nos hemos cruzado con un niñito de unos 2 años que nos ha tirado un trozo de cáscara de coco que tenía en la mano, la enfermera que nos acompañaba le ha cogido y nos lo ha acercado para disculparsnada e, se ha puesto a llorar aterrado, supongo que aún no está muy habituado a los blancos.


El remate de una tarde maravillosa ha sido la contemplación de la puesta de sol sentados es la arena con unas aguas apacibles color turquesa y el variopinto colorido de la gente autóctona en la playa muchos de ellos niños. Luego se han acercado dos Masais que conocimos ayer cenando en la playa y que nos estuvieron explicando sobre su cultura, hoy les hemos comprado sus pulseras. Pascal me ha regalado una para el tobillo y otra para la muñeca.


Hemos visto pasar a unas 15 mujeres con cubos de plástico por delante nuestro y que iban siguiendo a una barcaza de madera que a pocos metros de la orilla iba sacando sus redes, de repente todas se han metido en el agua hacia la barca y han vuelto con los cubos llenos de sardinitas pequeñas. Pregunté a un autóctono que también estaba contemplando la escena, me dijo que las redes son circulares, las lanzan al agua y como tienen agüeros cada vez más pequeños entran los peces, a medida que tiran para sacarlas del agua, los peces quedan atrapados sin poder salir, luego traen sus frutos a la orilla y tiran la red que queda por encima para traspasar la mercancía a los cubos de las mujeres, que los compran por un precio irrisorio
La cena también en un restaurante en la playa a sido de pasta italiana. Pascal ha estado muy divertido, me ha hecho reír mucho con sus parodias.


Ha sido un da perfecto lleno de estímulos y sorpresas.

Al ir al hotel Pascal me ha insistido en quedarse y estaba explicándole porqué nó cuando ha llegado el hijo del dueño como un rayo, con el conserje diciendo que no estaba permitido quedarse a dormir visitas en las cabañas, le he dicho que estábamos despidiéndonos que no se iba a quedar, me ha dicho que no se puede uno despedir en las cabañas, le he hecho ver que estábamos en recepción , no en la habitación que era muy impertinente su apreciación, que en otra ocasión interviniesen cuando esos supuestos prohibidos fueran violados, no antes.

Por un lado me he sentido incomoda como si regresara a mis 15 años donde en España tampoco se podía estar con el sexo opuesto en según que circunstancias, pero a la vez esa intervención facilitaba mi negativa a pasar la noche juntos. Lo más difícil ha sido convencerle que no viniera conmigo a Stone Town, al final se ha ido muy disgustado. ¡lástima había sido un día fantástico¡

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