jueves, 19 de julio de 2012

Nungwi 30/01/2011

El hotel está muy bien, se llama Langi Langi y como todos está invadiendo completamente la playa.




Las vistas desde el comedor son preciosa, arena blanca, agua mansa y turquesa, barcas de madera rusticas pero mucho más estéticas que las de plástico modernas... en fin, idilico, genial para parejitas en luna de miel. Mi cabaña da a una zona ajardinada con ppiscina y mucha vegetación.



Me gusta que cobran en shillings y no en dólares y es mucho más barato que el de Moshi.
Es sorprendente que las camareras que hacen las habitaciones, van todas con velo, no nos miran a la cara, mejor dicho, giran la cara para otro lado al pasar por su lado y no responden al saludo, como lo hacen todas ( y hay muchas) y a todo el mundo doy por supuesto que deben estar aleccionadas por sus dirigentes religioso de que eviten el contacto con los turistas. Es algo violento, me deja con sensación de descortesía.
Hace un día estupendo y decido no hacer absolutamente nada, me tumbo en la hamaca del hotel a ver pasarla gente por la playa y las barcas por el mar. A ver si soy capaz de aguantar el "no hacer nada". Es todo un reto.



Me ofrecen un masaje pero es una mujer, a mi me gustan las manos masculinas para los masajes, son mas fuertes.
La marea ha ido subiendo y observo que la playa se reduce mucho llegando el agua a los pilares de madera que sujetan la terraza en la que estoy. Aquí todo es de madera, se nota que tienen mucho bosque.



He comido una pizza en el hotel, es de chorizo, veo que el mar me ha abierto el apetito y como con deleite, no como en el Kili que no tenía nada de hambre.



He contratado los servicios de snorker y diving para mañana y pasado en Spanis Dancer que a pesar del nombre no tiene nada que ver con bailar. Son 130 dólares el día con la comida incluida y dos inmersiones, no está mal.
Me ha atendido Alvaro, un andaluz de hermosos ojos azules.

Conectada a internet observo que Abdi me ha mandado un mail pidiendome venir a zanzibar a pasar los 5 días que me quedan de vacaciones conmigo, he rehusado amablemente la oferta.

En la piscina he estado nadando acompañada de una linda niña que se ha dedicado a seguirme  haciendo lo mismo que yo hacía pero no ha habido manera de sacarle una sola palabra, claro que creo que es rumana o de por allí por lo que si me hubiera hablado de poco seerviría, ni la entiendo ni me entiende.


He cenado en Manduca, un restaurante con mesas en la playa muy romántico iluminado con velas  rodeado su perímetro con unos agujeros en la arena con una vela en su interior, así delimitan sus mesas y queda muy aparente.

La cena, española ( una ensalada mixta con frutos de mar y aceite de oliva), ha costado 10000 shillings que viene a ser unos 5 euros. El propietario es catalán de Barcelona que me ha contado que lleva 3 años aquí, que la gente autóctona tolera a los turistas pero no los integra, que las relaciones laborales son difíciles por la falta de formalidad, la tendencia a hacer las cosas como les place y no como se le dice que las hagan. Dice que a veces le hacen caso tres días seguidos pero el cuarto ya van a su bola. No está muy contento, el le llama "el infierno disfrazado de paraíso".
La camarera se llama Judith es encantadora aunque se ha empeñado que le gusta mucho mi falda y no deja de recordármelo para ver si cae que se la regale..... va a ser que no, a mi también me gusta mucho.


Hoy Jose Luis me ha enviado un mail que está muy bien, me recuerda que no voy a cambiar el mundo que más me vale que le vea el lado bueno de las cosas y disfrute......Le voy a hacer caso


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