jueves, 19 de julio de 2012

Refugio Horombo 23/01/2011


Anoche el cielo estaba a reventar de estrellas, al no haber contaminación lumínica destacan más por contraste con la oscuridad de la noche.
















He conocido una pareja canadiense muy agradable que me han hablado maravillas de su tierra, me entran ganas de ir.















Hoy hemos ascendido hasta Hormbo(3720 mts) el paisaje ha ido cambiando a medida que íbamos ascendiendo,pasando gradualmente de bosque a sabana de altura. Me han dejado impresionada las lobelias gigantes.














El ascenso junto con mis compañeros catalanes, su guía, mi guía y el ayudante del guía ha estado ameno. Los porteadores y cocineros han salido antes para tenernos preparada la comida al llegar al área de descanso destinada a este fin a mitad del camino.

El menú estaba genial, sopa calentita ( ya empieza a notarse mas frío) pollo al ast, dos bocaditos de picado de verduras, zumo de mango, huevo duro y de fruta plátano enano y manjo, también unas galletitas.

Sorprende el que como mis amigos lleban su propio cocinero y yo el mio los menús difieren completamente.

Al llegar al refugio de Horombo ya teníamos esperándonos nuestras palanganas de agua caliente para lavarnos y el té con frutos secos.

Me cuestiono la moralidad de tanta servidumbre, mis amigos disipan mis escrúpulos diciendome que gracias a eso tienen trabajo.














Me ha contado Joseph que para ser guía como él, se tiene que ejercer de porteador tres años y pasar un curso con su examen de un año de duración.

Aquí pasaremos dos días para aclimatarnos a las alturas, mañana haremos una excursión de ascenso a un volcán para aclimatar el cuerpo a más altura.















Nos han colocado a los tres en una cabaña, así tenemos más intimidad ya que en Mandara dormimos en un dormitorio colectivo de unas 15 literas y fue un concierto toda la noche, claro que Lali también ronca.

Las vistas desde aquí son impresionantes, al fondo Moshi, tras una cortina de nubes que suben por la ladera de la montaña. El estar por encima de las nubes impresiona.

El camino de ascenso es fácil, la altitud hace que sea más lento " pole, pole".

Estando en el campamento han bajado en camilla, "a toda hostia", a una escaladora. La camilla tiene una gran rueda neumática en el centro y tres porteadores, dos delante y uno detrás bajan a velocidad asombrosa, a una chica inglesa que han llevado a enfermería. Me he acercado a preguntar si necesitaba ayuda y la he examinado, estaba consciente orientada y muy asustada, no sé si del mal de alturas o de la alucinante bajada. Me dijo que se sentía morir pero ahora ya empezaba a encontrarse mejor. Después han bajado a dos más de la misma manera, ya no he ido pues creo que lo tienen bien organizado, he visto que hay un helicóptero también.

El comedor es amplio con dos mesas alargadas a ambos lados. Como siempre las comidas difieren de un grupo a otro y es divertido ver como los camareros buscan un trozo de mesa para extender su mantel ( diferente también a los de los demás) y poner su cubertería. La zona de los canadienses es asombrosa, la comida se la sirven en platas con su tapa tipo hotel de lujo, ¡que sibaritismo a 4720mts¡ a nosotros nos traen la comida en taper, los platos y vasos son de cristal y porcelana y cubiertos de acero.

El detalle más sorprendente de todos es la tranquilidad en que se pasean por el comedor los ratones, hay como 10 o 12 que van buscando los trozos de comida que nos caen de la mesa pasando por entre nuestros pies o parándose en mitad del comedor sin que nadie haga el menor gesto de querer echarlos y mucho menos de asustarse, las mujeres han progresado mucho, en mi infancia este hecho sería motivo de que se formase una coral espontánea de mujeres gritando y subidas a las sillas, ¡ los tiempos cambian que es un contento¡

Una planicie muy extensa con vistas a Moshi y Arusa que van iluminándose a medida que oscurece el día, a nuestros píes, nubes subiendo por la ladera, paisaje cambiante y hermoso .
Los refugios tienen placas solares lo que nos permite tener algo de luz dentro.

Los guías van con su móvil todo el día hablando oponiendo música que amena el camino, hemos cantado las canciones más conocidas.

Me ha visto Abdi con mi libreta y ha acudido para que le deje escribir, me ha preguntado que queria que pusiera y le he pedido una lección se suajili.

A estas alturas empieza a hacer más frío. Me meto en la cabaña a leer un rato. Tengo ganas dehacer pipi pero esperaré que oscurezca para hacerlo en el monte, las letrinas no huelen bien y no todo el mundo acierta al agujero que hay en el suelo.
Durante la cena Joseph ha estado muy cariñoso conmigo, apoyando la cabeza en mi hombro y mirándome tiernamente, me decía que si no podía llegar a la cima que él me llevaría a sus espaldas, al marchar me ha dicho con voz melosa " ¿ya te vas?". Supongo que siendo jóvenes y lejos del hogar prueban suerte con las mujeres que viajan solas.

















La puesta de sol desde esta altura grandiosa, por la altura y como teníamos vistas del valle, la puesta quedaba más baja, con sus pinceladas anaranjadas características pero cruzadas con las grises nubes que suben por la ladera, haciendo que el colorido se vieran modificadas por los tintes grisáceos de las nubes que a su vez cambiaban de lugar y forma ¡todo un espectáculo¡ a valido la pena llegar hasta aquí solo por eso.














Ya en la cabaña con el sonido del arroyo que pasa por su lado, contemplando las lobélias, espero
que Morfeo sea generoso esta noche conmigo y me lleve en sus brazos.




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