jueves, 19 de julio de 2012

10/9/2011 El fuerte y el palacio de Bundi, Rajasthan



La visita a la ciudad llena de encanto por sus callejuelas tortuosas con los comercios elevados del suelo con sus actividades a la vista de todo el mundo.
Los niños nos piden boligrafos y corren bulliciosos a nuestro alrededor, les gusta salir en las fotos tanto como a los adultos.


La gente me pide que le haga fotos, todos quieren posar y les gusta verse luego en la pantalla de la máquina.
Es curioso que siendo tan mayores disfruten como niños al ser nuestro centro de atención.


Despues de patearnos las calles principales, soportar las bocinas de los vehículos y disfrutar del encanto de sus habitantes nos decidimos a subir a la montaña para ir a visitar el palacio y el fuerte.


El palacio presenta una entrada con dos magníficos elefantes encarados “puerta del elefante” construido en 1607, hay un amplio recinto ajardinado atiborrado de macacos desde donde poder observar la ciudad que asombra ver que es de color azul.


Todas o casi todas las casas tienen ese color, no me di cuenta de este hecho mientras caminaba por sus calles pero al ver la ciudad desde la lejanía a esa altura me sorprendió como domina ese color.


Hay una inscripción de Kipling el poeta y escritor indio que escribió el famoso libro de la selva.
Sobre el jardín hay unas estancias que contienen pinturas recreando la vida en palacio.


El fuerte de Bundi se llama Taragarh o fuerte de la estrella construido en 1354 en lo alto de la montaña desde donde se divisa la ciudad azul a sus pies.
La ciudad se encuentra rodeada de montañas no muy elevadas recorridas parte de ellas por las murallas que antaño delimitaban la ciudad.


Hay un lago de aguas verdes con un aspecto muy diferente si lo miras de lejos (relajante y hermoso) que si lo ves de cerca (sucias aguas con musgo verde recubriéndolas en gran parte).
Mientras descansábamos de la caminata sentados al lado del lago, fuimos centro de atención de la gente que pasaba parándose a preguntarnos de donde éramos etc.
Entre ellos cabe destacar la de una mujer que tras hablarnos de su local restaurante y hostal nos animó a que acudiremos a comer allí.
Ella era la cocinera, era muy simpática pero no atendimos su petición.

Nos llamó la atención el que un joven se acercara a las vacas que allí estaban (como en todas partes) con una bandeja con dos panes y agua. Les dio a comer los panes (o lo parecían) y con el agua las bendijo a la vez que murmuraba unas palabras.
Dedujimos que como son sagradas estaba orando.

También se nos acercó una anciana muy encorvada pidiendo limosna, realmente daba mucha pena verla tan delgada y vieja. Ros le dio una limosna que agradeció marchando a paso lento arrastrando con ella toda su historia que desearía poder conocer.


La visita de un arqueólogo que ha descubierto pinturas rupestres en las montañas circundantes y nos ofrecía enseñárnoslas nos convenció de que era hora de ir cambiando de lugar.
La comida muy buena en un restaurante hostal regentado por una familia que vivía allí mismo por lo que los vimos, con la ropa extendida en el patio interior del hall, yendo a comprar lo que habíamos pedido para comer y cocinándolo en ese momento.

Por la tarde ha caído una tormenta monzónica que ha inundado la calle, por suerte estábamos refugiados junto con unos amigos que conocimos en el tren hacia Jaisalmer y que han ido haciendo una ruta igual a la nuestra con una diferencia de un día respecto a nosotros, en un comercio medio metro elevado de la calzada que estaba cerrado pero tenía un porche con un banco de piedra en la entrada.


Allí sentados los cuatro, resguardados de la lluvia fuimos espectadores de la fuerte riada que se formó.

Era espectacular ver como bajaba el agua y la porquería calle abajo, por encima de nuestras cabezas vimos caer basura que la gente tiraba a la calle desde sus ventanas.

La intensidad y altura de la riada fue aumentando así como los truenos y rayos, uno debió de caer muy cerca porque sonó allí mismo.

Como no mejoraba las condiciones un joven se brindó de ir a buscarnos un rickshaw al que pudimos subir sin tener que poner los pies en el agua y nos llevó al hotel que como estaba en la parte alta de la ciudad tenia las calles en mejor estado.

Nos dijeron nuestros amigos que ayer viendo la televisión local vieron a Ros en la tele en la fiesta de Krisnhas en Udaipur.

Mañana iremos a Kota para poder coger tren hacia Agra.

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