jueves, 19 de julio de 2012

29/9/2011 En bicicleta por Bagan



Es un lugar ideal para ir en bici a visitar templos. No hay casi coches, poquísimas motos, es terreno plano, los templos están dispersos muy cerca unos de otros entre la vegetación y caminos de tierra.
Nacho es el mayor, tiene 34 años y es muy simpático, como es periodista se enrolla muy bien con la gente.


Su hermano Alfonso es más joven, tiene 26 años al igual que el alemán que se llama Marcos.

Los cuatro en bici todo el día en la zona llamada Archeological Zone de la Old Bagan, entre un hermoso paisaje con 4000 centenarios templos diseminados como setas entre la abundante y verde vegetación.
Es impresionante ver tanto templo y tan variado en estilos tamaños y formas. Los que más me gustan son los de piedra natural envejecida por los años y el moho de la humedad que le da la vegetación circundante. Los de cúpulas doradas son más vistosos pero creo que se integran más en el paisaje los de piedra.
Hemos visitado los más grandes y más llamativos. Hay budas de todos los tamaños y formas, incluso hemos visto algún “extra nose” con ese apéndice prominente que me ha recordado a los que vi en Bangkok.
 Puede que alguno de ellos sea yo en mi anterior reencarnación.


En uno de los templos hemos estado hablando con un encantador pintor, Than Than es su nombre para los amigos, que exponía sus trabajos pero que hemos hablado de todo menos de pintura.
Sentados en el suelo a su alrededor nos ha contado muchas cosas de la historia del dragón que tiene su cabeza en un templo que está al otro lado del rio y la cola en otro lugar muy lejano siguiendo el curso del rio que representa el cuerpo serpenteante.
Tras más de media hora de charla hemos quedado para ir mañana allí de excursión con bote para cruzar el rio y luego un coche para subir al templo.


Le he preguntado de un buen sitio para comer, ha recogido sus pinturas del suelos a las que nadie había hecho mucho caso y nos acompañó a un precioso restaurante a las orillas del rio cerca de una estupa dorara de un templo contiguo ( ¿será por templos?).
La compañía excelente, la comida muy buena, una tertulia enriquecedora……………………Todo a pedir de boca.
Luego hemos seguido nuestra ruta en las bicis por el campo descubriendo nuevos templos (mejor dicho, viejos templos) charlando con los encantadores vendedores y sobre todo dulces y preciosa vendedoras que nos han deleitado con esa risa inocente y simpática.


Una de ellas, muy linda por cierto, sabía hablar bastante español, bastante alemán y perfecto inglés y todo en la calle vendiendo porque no pudo ir a ningún colegio. Me hice una foto con ella para recordarla en un futuro.
Terminamos tras muchas horas, muchos templos y mucha bici en un templo desde donde se contempla la puesta de sol que pese a estar nublado algo hemos podido ver.

Ese templo se accede a la parte alta a través de unas empinadísimas y estrechas escaleras que hay que usar incluso las manos para subirlas. Desde allí el paisaje era de cuento de hadas con templos por todos los lados a cual más bonito.

Ha sido un día precioso, lo recordaré siempre con cariño pues he tenido unos compañeros estupendos y divertidos el ejercicio con la bici me ha sentado muy bien, el espectáculo visual de primera y como remate hablando con los encantadores birmanos que son todos guapos/as con un don especial de ser agradables por naturaleza.


Al volver al hotel tras una excelente cena en un restaurante local, me he despedido de mis compañeros hasta mañana y........ cosas de la vida, me he encontrado en el cibercafé a los amigos que encontramos Marta y yo en la embajada China de Hanói con los que fuimos al Mausoleo de Ho Chi Ming quedando empapadísimos por el gran chaparrón que cayó dejándonos a merced de la intemperie el que no hubiera cerca más que el palacio donde no nos dejaron refugiar porque casualmente estaban haciendo un acto oficial.
Me ha hecho ilusión encontrarlos, me ha hecho pensar en las muchas veces que encuentro gente conocida durante el viaje en diferentes países. Hemos quedado en encontrarnos algún día por Suramérica,
¿Quién sabe? Todo puede ser.

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