jueves, 19 de julio de 2012

31/8/2011 volar a India, un sueño. Bangkok/Delhi




Un sueño hecho realidad. ¿Cuántas veces he soñado en ir a India?

Fue mi sueño de adolescente. Con mis escasos 17 años y la cabeza llena de filosofía hippy “haz el amor, no a la guerra” como protesta de la carnicería que se estaba cometiendo en Vietnam.

Naturalmente no fui a la India, mi economía no me lo permitía, trabajaba duro para sacar adelante mis estudios de Medicina y mantenerme (piso, comida, ropa, libros) la verdad es que en aquel entonces se pasaba con poco. Mis camperas, mis tejanos y un jersey era mi uniforme diario que solo cambiaba cuando se tenía que lavar, no como ahora que en el armario de mi hija hay más ropa que en todo El Corte Inglés.

Soñé en ir a la India ya licenciada pero los acontecimientos me hicieron madre de dos preciosos bebes (mis gemelos) que me han llenado de satisfacción desde hace 33 años (que siga así). No fui a la India.

Esta vez sí que se ha hecho realidad mi sueño. Espero que no me defraude ya que a veces pasa que lo muy deseado cuando se consigue decepciona.

Supongo, por lo que me han ido diciendo los amigos que han ido, que es el lugar que siempre he esperado, lleno de vida, colorido, exotismo, contrastes……Todo eso que la hace tan especial.


El aeropuerto de Bangkok me sigue sorprendiendo. Además de las gigantescas figuras que ya describí en mi anterior salida hacia Cambodia, he encontrado un centro floral precioso lleno de sombrillas hechas de papel de arroz y bambú en la zona de Chiang Mai por el pueblo Lanna.

Esa parte de Tailandia me la he perdido pero pretendo verla cuando esté en Myanmar pues está en la zona fronteriza entre ambos países.


También, como no, un templo dentro del aeropuerto nos recuerda que estamos saliendo del país de las Wat, hermosos templos budista que han recreado mi estancia.

Me despido de Bangkok con las lagrimas de lluvia lamiendo los aviones y ventanales del aeropuerto recordándome que es hora de llover, es la hora del adios.


La impresión que me llevo de Tailandia dejando aparte el frustre de no ver casi nada de lo que tenía en mente, es que es un país lleno de estética, belleza, religiosidad y gente apacible propensa a sonreír si los miras y sonríes. Me gusta.

Mañana iré a recoger a Rosend al aeropuerto, llega de España para compartir conmigo la experiencia de un mes en la India, espero no llegue muy cansado de tantas horas de vuelo pues mañana toca desgastar el suelo de Delhi con nuestros zapatos.

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