jueves, 19 de julio de 2012

4/10/2011 En Bus hacia Kalaw



El primer día sola después de mucho tiempo ha sido de renegociar conmigo misma lo de hacer ejercicios cada mañana llueva o truene.
Después de una hora de yoga mi cuerpo parece flotar, me siento tan bien que no entiendo porque he perdido este habito.

Anoche conocí a cuatro catalanas del ramo de sanidad que trabajan en el hospital de San Juan de Dios, cerca de mi casa de Barcelona.
Me sentí rara hablando catalán después de tanto tiempo sin hacerlo.
Cenamos juntas. Admiré el buen apetito y como se comieron todos los noodles.
Son personas muy interesantes, una de ellas que no puedo recordar el nombre goza de una memoria prodigiosa (que envidia) y está muy puesta muchos temas, es instrumentista de quirófano.
Cuando les expliqué lo de los niños vestidos de niñas y antes de que acabara el relato apuntó que era la ofrenda al templo de monjes. Lo que a mí me costó tanto averiguar lo sabía por haberlo leído en alguna parte.
¡Que preparados van por la vida estos jóvenes¡

Esta mañana he tenido problemas con acceder a mi blog, me lo había blogeado (quiero decir bloqueado) “acceso denegado” en rojo y parpadeante, me sentí importante. ¿Por qué demonios me bloquea el gobierno mi inocente blog?
Ayer se quejaba Markus que su correo electrónico lo tenía bloqueado y estaba furioso por esa arbitrariedad.
Espero que esto no dure toda mi estancia en Myanmar pues se me acumulará el trabajo.

Mi intolerancia a la frustración ha querido aparecer para hacerme sentir desgraciada por las dos horas que he pasado intentando acceder pero me he negado a darle paso, con lo que se ha quedado con un palmo de narices. Hay que ir cambiando las conexiones neuronales viciadas hacia otras más favorables.

Con ayuda de los muchachos del cibercafé que se conocen los caminos para evitar las censuras del gobierno en la web, hemos intentado inútilmente acceder.

Se puede decir que la gente de Myanmar es de lo mejorcito que he conocido, en cualquier cibercafé del mundo me habrían mandado a la porra con cualquier escusa pero ellos estuvieron luchando para conseguir desbloquearlo.
A pesar de no haberlo conseguido les estoy muy agradecida por el intento y la paciencia.


Jugando con el niño de los patrones del hostal, de dos años, me han sorprendido los juguetes que me iba trayendo.
Primero me da un ciempiés de plástico, luego me trae un escorpión del mismo material con la cola bien en punta, sigue con un escarabajo, un murciélago, un sapo…………….En fin que ni un indio ni cowboy ni monstruitos de las galaxia.

s.

Observo que cumplen perfectamente su misión, las dos horas de espera jugando con él y su arsenal de bichos han sido distraídas.

Me he puesto nerviosa viendo que el bus salía a las 6 pm y ya eran menos diez y aún no me habían recogido.
Me han asegurado que el bus no sale hasta que no llegan todos los pasajeros. Fue verdad pues yo llegué media hora tarde pero aún faltaba gente y esperamos.

El trayecto en principio de 8h se convirtieron en 11h con dudas de si ibamos a llegar pues cada dos por tres iba parándose por dificultades que resolvía temporalmente sobre la marcha un muchachito con muchas herramientas que venía junto al conductor, al parecer sabían de qué iba, debía de ser habitual.

Llegué a las cinco de la mañana,¡ buena hora para presentarse en el hostal¡

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