Ya lo he decidido, me voy a Cuba. Mirando los precios de vuelos a mi próximo destino, Cuzco, he visto que volar desde La Habana me cuesta la mitad que hacerlo desde México DF y tres cuartas partes de lo que me cuesta hacerlo desde Belice.
Así que, me voy para cuba y no vuelvo a México.
Como lo he decidido tan tarde y en España son siete horas mas no creo que Flora haya podido leer mi mail avisando que voy, debe estar bajando a Barcelona desde Huesca para ir al aeropuerto. Creo que la Habana es grande pero nos movemos por los mismos sitios todos por lo que confío en verla.
La mañana nubosa pero con una temperatura muy agradable, de esa que llamamos primaveral. La he pasado en gran parte sacando los billetes de avión para Cuba e intentando sacar el de Perú pues en Cuba no dejan entrar si no vas con el billete de salida.
Como siempre problemas en la fiabilidad del país me ha imposibilitado la compra on line y he tenido que pedir ayuda a Lluís para que me la haga él desde España.
Por la tarde que me las prometía todas me he quedado con un palmo de narices pues ha caído un chaparrón que me ha imposibilitado ir a la playa como tenía previsto hacer. En cuanto ha aflojado he ido a pasear por la orilla del mar viendo las negras nubes al fondo contrastando con el turquesa de las aguas y el blanco de la arena.
Realmente la playa del Carmen es bonita. Una docenita de personas dispersas por la playa sin importarles la lluvia gozaban del agua que tiene una temperatura muy agradable.
Y es lo que digo, si te vas a bañar qué más da que llueva, te vas a mojar igual.
El verles jugar con las olas me ha hecho pensar que las personas que sin importarles que llueva se van a jugar al mar tienen que ser a la fuerza buena gente, gente divertida y desenfadada. Me gustan.
Para mañana tengo contratada una excursión siguiendo las huellas de la cultura Maya muy prometedora. Es de doce horas y creo que a poco que acompañe el día lo voy a disfrutar.
Mientras paseaba por la orilla mojándome los pies he pensado en quedarme por Cuba tres en vez de dos semanas, así poder ir a algún cayo a disfrutar del agua.
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